“... Notaba sus manos sobre mi cuerpo, sus caricias recorrían toda mi piel sin dejar espacio alguno sin explorar, ¿como habíamos llegado a esto? ¿culpa miá? ¿o quizás suya? Eso no importaba lo único que me importa ahora es no cesar en aque jugo incesante. Dio un paso hacia atrás pero me vi incapaz de ello, mi espalda topo contra la pared, y me sentía aprisionada entre su cuerpo y aquel muro que me impedía escapar a cualquier lugar. No hice mas que un mohin antes de poder lamer incesante sus labios dirigiendo mi boca hacia su cuello, a la par que mis manos descendiendo se colaban en su pantalón...”

viernes, 19 de noviembre de 2010

Sorpresa ciega

Era de noche el humo del local me había irritado los ojos, pero me daba igual esa noche estaba destinada a la diversión al alcohol la música y si surgía algo más, pues seria bien aceptado. Vi como mis amigos se acercaban con un grupo de chicas, con anterioridad me habían dicho que las conocieron la noche anterior, y que querían que fuera con ellos a divertirme y era lo que estaba haciendo.

Se presentaron entre ellos y me presentaron a mí. Todas parecían saber que esa noche acabarían en la cama de alguno así que iban provocativas y las miradas que lanzaban eran demasiado sugerente, pero, eso es algo que no me va mucho, prefiero ligarme a una tía por meritos propios a tener preparada ya una. Cada uno se fue separando y se pusieron a hablar con las chicas, yo me apoye en la barra mientras tomaba algo de ron, vi como delante de mi una de las chicas, llamaba a otra, la segunda me llamo la atención, era de piel clara, y su pelo era corto, oculto por una gorra-boina, y parecía ser tan negro como la noche, su cuerpo era bien proporcionado pero algo bajita, tampoco es que fuera una modelo pero estaba buena. Ella se le acercó y sin alzar apenas la vista escucho lo que le decía su amiga, entonces avanzó un poco y se dirigió hacia mi, se apoyo en la barra a mi lado y llamo al camarero.

-Buenas- me dijo simplemente sin mirarme.

-¿Eres tu la que han escogido para mi?- pregunte algo brusco realmente odio que me emparejen ya de antemano, ella sonrío, una sonrisa ¿arrogante?

-A mi no me ha escogido nadie, chaval, solo me han traído para escuchar un poco de música y pasar una noche divertida, y cuando llego aquí me doy cuenta de que un grupo de pringados que no saben ligar habían quedado con ellas, no es por nada, pero con migo no cuentes para enrollarte, no soy como ellas- dijo divertida.

-Mejor- conteste también con una sonrisa, parece ser que no soy el único al que han engañado en algún sentido.

-Chaval debes ser el mas paleto de todos para que te hayan "emparejado" con migo, todas ellas saben que no gusto de tíos fáciles- rió.

-Y tu debes ser la menos bonita después de todo mis amigos te han dejado con el mas paleto y bocazas- burle, parece que ella habla mi mismo idioma.

-Será eso- contesto con una sonrisa mientras me tendía su mano –Soy Luna un gusto- se esta presentando eso es que si que hablamos el mismo idioma.

-Kiko igualmente- le estrecho la mano, pero… aun no he visto su rostro.

Paso algo de rato, me entretuve hablando con ella y me di cuenta de que era una chica agradable, y grosera al mismo tiempo, se parece un poco a mi.

Entre el humo veo como se acercan varios de mis amigos, que me miran con sorpresa.

-Joder Kiko es la primera vez que no dejas a una tía plantada- se burlo.

-Es la primera vez que me choco con alguien a la que le caerías tan mal como me caes a mí- burle yo también con una sonrisa.

-Bueno de todas formas, nosotros nos vamos- hablo la chica que estaba con él -¿Luna te quedas aquí?- le pregunto.

-Si no te preocupes si hace falta luego vuelvo en bus- dijo ella ladeando la cabeza en dirección a la chica.

-Ok, y tu chaval, mas vale que la cuides y no le hagas nada o te la cargas- me ha amenazado ja que miedo me da.

-Se cuidarme yo sola no hace falta que me cuiden- gruño Luna.

-Vale vale lo que tú digas, pero si pasa algo tienes nuestro teléfono- ¿que se cree que es su madre?

-Que si, que si anda y largaros a divertiros- se dio por vencida haciéndole un gesto con la mano. Ambos se marcharon dejándonos allí.

-Si quieres puedo llevarte a casa más tarde no hace falta que cojas el bus- le ofrecí, tengo coche y por un par de km más no creo que pase nada.

-No te preocupes- agradeció con una sonrisa.

-¿Te da vergüenza hablar con migo?- le pregunte de sopetón tras haber estado cinco minutos callado.

-¿Por qué lo dices?- me pregunto.

-No se, solo que no me has mirado ni una vez, pareciera que te doy miedo o algo- dije divertido, ella hizo una mueca con la boca y tras un segundo hablo.

-No te lo han dicho ¿verdad?- ¿Qué me tienen que decir? –Ya veo que no- dijo mientras giraba un poco el rostro hacia mi dirección mostrando unos ojos claros, casi blancos –no suelo mirar mucho a la gente- intento bromear, era ciega y no me había dado cuenta, mierda soy un bocazas a veces.

-Lo siento no lo sabia- conteste rápidamente.

-No lo sientas, tampoco tenias por que saberlo- susurro con una sonrisa.

-¿Cómo es que bienes a un local como este si tu no…?-

-En estos locales es donde mejor estoy, la poca luz hace que prácticamente nadie se vea, la muchedumbre, me facilita el paso entre la gente pues por mucho que las golpee sin darme cuenta nadie se molesta, y además se mas o menos donde están situadas las puertas- dijo esta vez mas divertida –he pasado muchas noches aquí así que me lo conozco bastante- terminó.

Yo sonreí por lo dicho, realmente era cierto prácticamente en este local todos estábamos medio ciegos por la oscuridad y el humo así que ella se sentiría mas cómoda, tras pararme un momento a pensar se me ocurrió una pequeña idea.

-¿Qué tal si bailamos?- es una proposición algo rara pero será divertido.

-¿Cómo quieres que baile, si no veo?- dijo extrañada yo reí.

-Ya lo veras- le digo mientras la agarro de la mano y la guío hasta la pista, parece inquieta ahora si que no se siente para nada cómoda, la agarro por la cintura y la acerco a mi –solo sigue mis movimientos- le susurro divertido, ella se apoya en mi un poco y tras dudar un poco se deja llevar al ritmo de la música… y de mi. No tardó mucho en cambiar esa cara de preocupación por una sonrisa divertida –ves como puedes bailar- le dije riendo.

-Hace muchos años que no bailaba- contesta divertida se ve bonita así.

-Deberías hacerlo más a menudo-

El tiempo corre y nos relajamos en la barra bebiendo, a pesar de lo grosera que fue al principio parece que ahora confía un poco en mi.

-Podríamos ir a otro lugar- propone.

-¿A dónde?- pregunto -ahora mismo no se me ocurre otro lugar en el que haya buen ambiente-

-Hummm...… déjame pensar, aquí cerca hay un lugar al que me gusta ir ¿Qué te parecería?-

-Como quieras- contesto simplemente en verdad cansa el estar todo el rato en el mismo sitio.

Salimos, yo la sigo y sorprendentemente a pesar de su ceguera parece conocer el local bastante bien pues lo atraviesa sin problemas hacia la salida.

-Vamos- me dice mientras que tantea hasta cogerme la mano –soy algo torpe por la calle pero se donde esta el sitio- confiesa.

Comienza a andar mientras que va rozando la pared que lleva a su izquierda, avanzamos un poco logrando evitar chocarse con varias personas, y al fin llegamos a…

-¿Un hotel?- pregunto extrañado.

-Sep- contesta simplemente mientras entra y saluda a la recepcionista, cruza el vestíbulo y llama al ascensor.

-¿Conoces este sitio?-

-Si antes trabajaba aquí- contesta. Subimos al ascensor, y pulsa el botón del ultimo piso, no tardamos en llegar frente a una puerta, parece una suite, pero ella tira de mi hacia otro lado sube unas escaleras y abre una puerta de metal –es aquí- dice mientras entra al tejado, este tiene piedras en el suelo y una pared baja que hace la función de barandilla, un poco a la derecha hay un tejadillo inclinado al que ella se dirige –no algo muy especial pero en una media hora o así se oirá la música del local de enfrente, y luego encenderán las luces, cuando veía solía venir aquí a escondidas era entretenido mirar el panorama mientras esperabas a que la música sonara- dice seria pero con una pequeña sonrisa.

Ciertamente las vistas son espectaculares, se ve toda la ciudad y el cielo también se aprecia, ya que a esta altura no molestan las luces de la calle. La miro esta sentada, parece como si estuviera mirando el cielo, pero es eso solo lo parece.

-¿Puedo preguntarte algo?-

-Ya lo has hecho- sonríe mientras ladea su cabeza hacia mí.

-¿Qué te paso?-

-Tuve un accidente con la moto, me golpee y dañe el lóbulo occipital- contesta.

-¿Hace mucho?- pregunto de nuevo.

-Si no me equivoco casi 7 años-

-¿Es irreversible?-

-Si- contesta ahora seria, hay algo en ella que se ve diferente a los demás, me quedo mirándola por unos instantes, esta tranquila se le nota en el rostro, este sitio la debe relajar, observo como su respiración es constante, y veo esos labios en los que con anterioridad no me había fijado mucho, son demasiado atrayentes, alargo mi mano y le quito la gorra ella se sorprende pero no le da tiempo ha decir nada, le callo todo lo que pueda decir con un beso, esto no se lo esperaba pues de lo inesperado se cae hacia atrás contra las baldosas de tejadillo, ella me agarra de los hombros y me aparta, su rostro refleja enfado –lo estas haciendo por lastima ¿verdad?- dice enfadada.

-No para nada- le contesto.

-¡No te creo, todos sois iguales cuando os enteráis de que no podré ver nunca mas os doy lastima, pues no quiero nada de esa lastima!- grita malhumorada, realmente no me da lastima, bueno si, pero no es por eso por lo que la haya besado.

-¡No te tengo ese tipo de lastima, si me da pena que no puedas ver nunca mas pero, no por eso voy a besarte!- grito, en eso alargo mi mano asta acariciar su mejilla ella gira el rostro al notar mi mano –no es por lastima- le repito cerca de su boca antes de volverla a besar, duda algunos instantes pero al final me corresponde, bajo mis manos hasta agarrarle sus muñecas y colocarlas tras mi cuello, ella las deja hay por unos instantes, pero tras separarnos por la falta de aire, me susurra:
-¿Me dejas saber como eres?- me pregunta dudosa.

-Claro- le contesto simplemente para después darle un corto beso, ella sonríe y comienza a mover sus manos.

Primero las sube por mi nuca, acaricia mi pelo –Tienes el pelo corto- confirma –si me equivoco en algo corrígeme- añade alegre. Tras eso pasa sus manos, rozando mis orejas, luego mis mejillas –no hace mucho que te has afeitado seguro que en la tarde- dice entre risas.

-Antes de salir de mi casa- le confirmo. Ella desciende un poco más sus manos.

-Tienes perilla, y no hace mucho también tenias un piercing bajo el labio ¿cierto?-

-Si, ¿se nota tanto?-

-Se nota el agujero aun no se ha cerrado- añade, sube un poco sus manos, le beso su palma en el recorrido, cierro mis ojos para permitirle palparlos, me acaricia, los parpados y las cejas y se entretiene en una pequeña cicatriz que tengo en mi ceja izquierda -¿de alguna pelea?- me pregunta.

-No, que va me caí de pequeño, me empujo mi hermano mas bien- le digo, mientras la acerco a mi sujetándola por la cintura. Ella baja sus manos hasta mis hombros y desciende cuidadosamente con mucha delicadeza -¿Vas al gimnasio? ¿O haces algún deporte?-

-Voy al gimnasio ¿tanto se me nota?- pregunto arrogante.

-Que va solo que se diferencia el cuerpo de alguien que hace algo de deporte a el que no- le quita importancia, a la vez que se ríe. Desciende un poco mas sus manos por mi pecho y por el abdomen hasta que se detiene, y las vuelve a colocar tras mi nuca –ya se un poco como eres-

-¿Y no quieres saber un poco más?- le pregunto mientras la beso, ella ríe, pero no dice nada –porque yo si quiero saber mas de ti- confieso desviando mis besos por su mandíbula y por su cuello, se rió al besarle en esa zona parecía que le hubiera hecho cosquillas, y tras unos segundos me sujeto del rostro para besarme y añadió.

-Aquí nos pueden pillar suele subir mucha gente a menudo-

-Vayámonos a mi casa, no esta muy lejos, en coche- propuse entre besos, ella cabeceo afirmativamente, y en eso me puse en pie ayudándola a levantarse.

Salimos del edificio, caminábamos tranquilos sin prisas la llevaba agarrada por la espalda, y ella, caminaba por donde le iba indicando, llegamos al coche y montamos, nos pusimos en marcha, durante el transcurso la note incomoda.

-¿No te gustan los coches?- pregunte.

-No me siento segura, normalmente, voy andando o viajo en bus, y al ir de pie noto las curvas y el recorrido, en los coches apenas se nota y no estoy muy cómoda- me contó, le agarre la mano y ella la estrecho claramente no le gustaban los coches.

Llegamos al poco tiempo, bajamos y ella me seguía por las escaleras agarrada a mi chaqueta; viéndola así de indefensa nadie pensaría lo grosera y arrogante que puede ser, rió un poco al pensar eso y ella me escucha.

-¿De que te ríes?- pregunta curiosa.

-De ti- contesto divertido.

-¿De mi?- pregunta sorprendida parando en seco -¿Qué tengo yo de gracia?- dice molesta.

-Nada- le digo volteándome y abrazándola –solo que eres muy bonita a la par de grosera- le digo burlón mientras le doy un pequeño beso en la nariz, que le saca un leve sonrojo.

Entramos en la casa, ella no estaba muy segura de si soltarse o no de mi agarre después de todo no sabia manejarse por la casa, fue entonces cuando iba a soltarse que la agarre mas fuerte estrechándola entre mis brazos, y la bese, la acorrale contra la pared de la entrada mientras recorría su cuerpo con mis manos y ella hacia lo mismo en el mío, correspondía con gusto y lujuria a mis caricias, las sujete de las nalgas, y la cargue así le evite el mal trago de que no supiera por donde ir, la lleve hacia la habitación, mientras notaba como me daba pequeños bocados en el cuello, su piernas estaban enlazadas a mi cintura, y gracias, a que no fuera muy alta me facilito el cargarla, la deje cuidadosamente en el colchón, para conocer el cuerpo que tenia delante, mis labios se dedicaban a probar cualquier trozo de piel descubierta que encontraba dando lugar a que en varias ocasiones le provocara algunas risas al hacerle cosquillas.

Ella me acariciaba la cabeza y los hombro mientras me entretenía en su estomago y colaba mis manos por debajo de su camiseta para masajearle esos bonitos pechos, poco tarde en sacarle la camiseta y lanzarla, no se donde caería pero no me importo, yo seguía con mi trabajo, le desabroche el sostén y también lo lance lejos, ella mientras hacia amagos para desabrochar mi camisa pero le era complicado pues, entre suspiros se entretenía agarrando mi cabeza y dirigiéndola a las zonas que le gustaba que le besase.

Por fin la camisa salio despedida con las demás prendas, ella ahora libre de la tela recorría mi pecho con sus manos mientras que yo me entretenía en su boca, y descendía una de mis manos hasta colarla por el borde de su pantalón, roce su entrepierna por encima de su ropa interior pero al igual parecía gustarle, pues no se quejaba en lo mas mínimo y pequeñitos gemidos salían de su boca, sus ojos carentes de visión se encontraban entrecerrados, disfrutando de mi trabajo.

En eso que en un momento me agarro del brazo y lo saco de su pantalón, y me volteo boca arriba posicionándose ella encima mío, me comió la boca con gusto y lamiendo, mordiendo y besando fue bajando por todo mi pecho el cual también acariciaba, llego hasta mi pantalón, y lo desabrocho si problemas, volvió a subir hacia mi cuello donde se entretuvo besando y lamiendo al igual que mi oreja, mientras que masajeaba mi miembro sobre el pantalón, me estaba poniendo duro y solo lo estaba rozando, cuando notó que el paquete estaba un poco abultado introdujo su mano en mis boxer y lo agarro en toda su longitud, comenzando a mover la mano lentamente hacia arriba y hacia abajo, yo suspiraba, tenia los ojos cerrados disfrutando de ese placer, note como acariciaba con su dedo mi glande y lo rodeaba haciendo círculos, eso provoco que soltara un gemido que oyó, ella rió antes de besarme y susurrarme.

-Que sea ciega no indica que sea mala en la cama- con una sonrisa cargada de picardía, tras eso descendió de nuevo hacia mi pantalón, saco su mano cuidadosamente, y lamió un poco de mis jugos que había en ella, se entretuvo, sabia que la estaba mirando así que se estaba explayando jugando con sus dedos en la boca, y tras sonreír se agacho y sacando mi miembro del pantalón , lo lamió en toda su longitud, esto provoco que dejara caer mi cabeza sobre el colchón, de placer.

Ella comenzó a acariciarlo mientras lo lamia, se metía el glande en la boca y jugaba con su lengua, luego repartía besos por toda su longitud, me masajeaba los huevos con la otra mano y se entretenía gustosa, en eso que me incorpore un poco para lograr mirarla y al moverme ella lo noto levanto su cabeza sonriente y tras eso engullo todo mi miembro de golpe, me mordí el labio para evitar que los vecinos me escucharan, ella comenzó un sube y baja lento, me estaba matando no quería ir rápido lo hacia para torturarme en cierto modo, al poco rato comenzó a acelerar un poco, pero no era suficiente para mi.

Lleve mi mano hacia su cabeza para intentar marcarle el ritmo pero no me dejo, ella la aparto y me dijo:
-Déjame hacer a mi manera, no tengas prisa- en eso volvió a su trabajo, yo ya no podía dejar de gemir, ella aceleraba el ritmo y lo aminoraba a su gusto, ciertamente me estaba torturando. Pero pareció apiadarse de mi cuando acelero el ritmo y se empleo al máximo tanto con su boca como con sus manos, me iba a venir en poco y intente decírselo pero no hizo caso, mas al contrario aceleró más el ritmo, y ocurrió… me corrí en su boca con un gran gemido, pero ella no la aparto, se lo trago todo y lamió los restos antes de subir a fundirse en un beso con migo en el cual notaba mi propio sabor.

De seguido introduje mi mano en su pantalón sin pararme a tontear como había hecho antes, unos de mis dedos se introdujo con facilidad, provocándole un gran gemido de placer y sorpresa, sonreí, había logrado lo que pretendía, me incorpore quedando sentado con ella sobre mi, movía mis dedos sin cesar acariciando y introduciéndolos alternativamente, los dos primeros entraron con algo de facilidad, los movía haciendo círculos para lograr dilatar la zona lo suficiente para que un tercero entrase sin molestia y así fue, entro, lo movía lentamente disfrutando de sus gemidos, estaban logrando que se me volviera a poner dura en pocos segundos, sus caderas se movían al compás de mis dedos, descendí mientras mi boca lamiendo uno de sus pezones, lo mordisqueaba suavemente, y con mi otra mano masajeaba su otro pecho, ella me agarraba de los hombros a la vez que sus piernas enlazadas en mis cintura presionaban un pora intentar profundizar mis dedos en su interior.

La recosté poco a poco sobre la cama quedándome entre sus piernas, saque mi mano de su pantalón y lentamente comencé a quitárselo al mismo tiempo que yo iba repartiendo besos por su abdomen, ella ayudo a deshacerse del resto de su ropa empujándola con los pies, dejándola caer cerca de la cama, en eso comenzó a bajarme también mis pantalones, la ayude en su cometido y una vez ambos ya estábamos desnudos, la bese y comprobando que mis tres dedos entraban con facilidad en su interior me coloque dispuesto a penetrarla, entre lento, veía como ella se mordía el labio inferior aguantando algún gemido que seguramente habría salido de su boca.

Una vez que estuve dentro completamente, le bese el cuello esperando unos segundo a que se acostumbrara a mi intromisión, un beso suyo me dio el permiso para comenzar un vaivén de ambos, lentas pero profundas estocadas, que hacían que gimiéramos sin control acallándonos de vez en cuando en la boca del otro, mientras nuestras manos se movían solas acariciando el cuerpo del contrario, no quedaba lugar en nuestros cuerpos que no hubiéramos tocada, lamido o besado.

Los movimientos acompasados de los dos se fueron acelerando, tuve que apoyarme sobre la colcha a un lado de su cabeza para evitar perder el equilibrio, mientras que suspirábamos agitados, la miraba a la cara, ella estaba igual de agitada que yo, suspiraba y gemía a cada vaivén mientras se agarraba a las sabanas con fuerza, y movía sus caderas intentando producirse un mayor placer, poco tardamos en acelerar lo mas que pusimos, le sujete una de sus piernas para permitirme una mejor movilidad.

Nuestros alientos se mezclaban, nuestros cuerpos sudorosos no dejaban hueco libre entre nosotros y las estocadas tan fuertes y profundas provocaron que no tardase mucho en venirme pero un susurro suyo me hizo contenerme.

-Aguanta un poco mas que ya estoy a punto- susurro entre cortado, casi sin aliento, me esforcé al máximo en intentar que ambos nos viniéramos a la vez y lo logre.

Entrelace mi mano con la suya mientras ambos gemíamos al notar las convulsiones que seguirían al placer, ella arqueo su espalda, con los ojos cerrados, yo hundí mi rostro en su cuello mientras que la pegaba más a mí con la otra mano.

Respiramos agitados intentando recuperar el aliento, nuestras frentes juntas, la bese con delicadeza y dulzura mientras que salía de ella, le acaricie el rostro y pude ver una leve sonrisa en su rostro me eché a un lado suyo boca arriba, ella se volvió hacia mi y apoyo su cabeza sobre mi pecho mientras que paseaba su mano por mi estomago, la acerque mas a mi pasando un brazo por sus hombros y bese su frente, ella sonrió y me abrazo en eso un móvil sonó.

-¡Mi móvil!- dijo sorprendida al reconocer su tono. Yo me asome al borde de la cama buscando con la mirada el teléfono hasta localizarlo, alargue mi brazo y se lo pase -¿Diga?- preguntó.

-¡Luna! ¿Dónde estas?- se oía una voz al otro lado –estamos en la disco y no te vemos- prosiguió.

-¿No estabais vosotras con los chicos?- pregunto sin contestar.

-Si, pero son una pandilla de imbéciles, así que nos hemos ido, y cuando hemos regresado para recogerte no te vemos- informo, ella puso una cara de extrañeza mientras se sentaba.

-¿Imbéciles? Pensaba que el único imbécil de la pandilla me lo habíais endiñado a mi- bromeo con una sonrisa, a lo que en protesta le gruñí al oído mientras también me colocaba sentado tras ella.

-Pues si con el que estabas es el más imbécil de todos, lastima me das, dinos donde estas que vamos a por ti- al escuchar eso le cogí el móvil y evitando que me lo arrebatara hable yo.

-Lo siento pero esta con el más imbécil de la pandilla y se lo esta pasando estupendamente, así que si no queréis nada mas ya os vera mañana chao- tras haber dicho eso colgué, mientras veía su cara de sorpresa y vergüenza a la vez.

-¿Cómo se te ocurre colgarle? Y más ¿Cómo se te ocurre decirle eso?- me reprocho.

-¿Me vas a negar que te lo estas pasando estupendamente?- le recrimine.

-No, pero…-

-Pero ¿Qué?- le corte divertido.

-Podías haber sido un poco más discreto y no haberles colgado- intento excusarse. La voltee frente a mí.

-Recuerda que soy el más bocazas- dije tras morderle suavemente el labio, ella hizo un pequeño puchero, a la vez que pasaba sus manos sobre mis hombros –¿quien iba a pensar que los únicos que íbamos a pasar la noche bien seriamos nosotros?- ella sonrío divertida ante mi comentario.

Apoyó su cabeza sobre mi hombro y yo me tumbe abrazándola, poco tardamos en quedarnos dormidos, mañana seria un nuevo día, y quien sabes quizás esta no seria la primera noche que pasaba con ella.

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