“... Notaba sus manos sobre mi cuerpo, sus caricias recorrían toda mi piel sin dejar espacio alguno sin explorar, ¿como habíamos llegado a esto? ¿culpa miá? ¿o quizás suya? Eso no importaba lo único que me importa ahora es no cesar en aque jugo incesante. Dio un paso hacia atrás pero me vi incapaz de ello, mi espalda topo contra la pared, y me sentía aprisionada entre su cuerpo y aquel muro que me impedía escapar a cualquier lugar. No hice mas que un mohin antes de poder lamer incesante sus labios dirigiendo mi boca hacia su cuello, a la par que mis manos descendiendo se colaban en su pantalón...”

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El vagón nº 13



La noche ya caída dejaba las calles en penumbras, mientras que una joven corría desesperada evitando ser atrapada por sus perseguidores, varios policías, que intentaban llevarla de nuevo al orfanato del cual había huido minutos antes, en eso una voz la llamo desde un callejón oscuro, corrió hacia ella al reconocerla.

-Luz, no debiste haberte escapado del orfanato- le reprocho muchacho algo mayor que ella.

-No quería que te marcharas sin que me pudiera despedir- decía presurosa mientras que lagrimas caían por sus mejillas –las malditas monjas esas no me dejan salir del lugar, y no quiero que te vallas con las guerrillas y no pueda verte mas- lloraba, el muchacho la miro y agacho la cabeza, de buena mano sabia que lo habían obligado a entrar a la guerrilla y que con su poca experiencia en batalla seria un blanco fácil de las armas enemigas.

-Luz atiende, debes iré o sino como nos pillen seré yo el que tenga problemas- le intento convencer de su regreso.

-Deja de decir estupideces, si nos pillan, a la que le pasara algo es a mi y no me importa quiero pasar con tigo aunque sea la ultima noche que pueda estar con tigo- seguía llorando mientras se aferraba a la camiseta de este, el muchacho no puedo contenerse y la abrazo fuertemente e un intento de consolarla.

-Escúchame, prométeme que cuando puedas te largaras de este lugar, aquí solo te espera la doctrina de monja o la prostitución, por favor prométeme que te marcharas lejos a una ciudad y que vivirás mucho mejor- le dijo mientras la agarraba por los hombros y la situaba delante de el para que le pudiera ver su rostro serio.

-Si claro, lo prometo pero tú prométeme que volverás- no cesaba en su lloro, el no contesto apenas acerco su rostro y un simple pero calido beso fue lo que le proporciono.

-Eso no puedo prometértelo y lo sabes, si por mi fuera no estaría en esta situación- ella agacho el rostro y afirmo con la cabeza, el muchacho miro hacia un lado y pudo divisar como se acercaban los policías –escúchame, vete ahora mismo corre dirígete hacia la estación y en los vagones de carga al fondo en el numero 13 móntate ahí hay personas que quiere irse al igual que tu, adelántate, intentare frenarlos un poco, si puedo te alcanzo sino vete sin mi no bajes del vagón y escapa, y si mas tarde sigo convida te prometo que te buscare- le dijo a prisa, ella afirmo rápidamente con una cara de sorpresa, Armando la beso ahora con mas fuerza, antes de salir al encuentro de los policías para dirigirlos en la dirección opuesta, Luz en cambio corrió hacia su lugar de destino, ahora era su oportunidad de escapar de ese pueblo que parecía el mismo infierno, cuando encontró el vagón monto con ayuda de varias personas que también se escondían allí, espero atenta entre las cajas de que trasportaban ropas para vender a que Armando llegara pero no llego, se oía mucho ruido pero no se le veía aparecer por ningún lado.

Aun contra de su voluntad permaneció en el vagón aunque se pusiera en marcha, su carácter le mandaba que bajara y esperase al muchacho pero se lo había prometido y no rompió su promesa.

Duro toda la noche y parte del día el viaje del tren pero en cuanto llegaron a la estación de descarga todos los que hay se encontraron descendieron del vagón para buscar una nueva forma de vida mas beneficiosa de la que con anterior tenían.

Luz se dirigió junto con una mujer mayor y un crío de apenas 7 años hacia lo que parecía un refugio allí encontró alojamiento y consiguió que en una frutería le dieran trabajo, era muy duro muchas horas para lo poco que le pagaban pero así podía mantenerse con algo de comida.

La vida no le iba todo lo bien que ella había planeado pero tampoco se quejaba, eso era mejor que el estar pendiente de esas monjas que parecían brujas que estaban compradas por las guerrillas.

Ella había hecho amistades por la zona era agradable y no tenían queja de su trabajo pero algo malo ocurrió, un día mientras atendía el puesto del mercado vio como los militares llevaban presos a varios miembros de las guerrillas, y logro distinguir como uno de ellos era Armando, ahogo un grito al verlo en tal estado estaba lleno de heridas y de sangre, además los militares lo iban golpeando a cada poco.

En la noche busco las prisiones de los militares y pudo localizar al muchacho desde una ventana que había en una pared.

-Armando- llamo insegura de que le contestara después de ver su estado igual que el de los demás prisioneros, el joven que estaba tirado en el suelo con las manos atadas a la espalda, al escuchar su nombre se incorporo un poco y se acercó a la ventana.

-Luz ¿Qué haces aquí?- pregunto asustado –márchate de aquí, esto es peligroso, o te acerques a esta zona de la ciudad, si te ven creerán que eres de los nuestros- le advirtió, temeroso.

-Pero ¿Qué os a pasado?- pregunto ella preocupada y al igual asustada.

-Nos tendieron una emboscada, solo quedamos nosotros el resto murió, y a nosotros nos mataran pronto pero antes quieren que les digamos la posición de los demás- le informo.

-¡Oh! No por dios Armando tienes que salir de aquí rápidamente-

-No, no hagas nada entupido, ya estamos muertos así que no te acerques debes intentar que no te vean por aquí a mi no me importa morir pero no soportaría verte a ti aquí- dijo serio –así que no te preocupes por mi y corre, ella a duras penas accedió pero no antes de besaron por entre los barrotes.

Los siguientes días se sucedieron sus viajes hasta la ventana de la celda por muchas quejas que pusiera el muchacho. Una de esas noches cuando ya estaba por marcharse los militares la vieron y aunque intento correr no lo logro por mucho, no era muy rápida, así que fe apresada en poco.

Cuando la llevaron ante el general ya estaba magullada, pues le habían intentado obligar a que confesara que era una guerrillera, cosa que ella negó en rotundo, fue entonces cuando el general decidió usar otros métodos mas rotundos para que hablara.

Cuando Luz entro a la estancia la empujaron hasta hacerla caer de rodillas ante el militar.

-Me han dicho que te llamas Luz- hablaba arrogante el general –también me han dicho que te niegas ha hablar, me da igual si prefieres callártelo por ahora pero que sepas que por mucho que tarde te sacare la información que quiero- le dijo sujetándola de la barbilla par que la mirara – tras una sonrisa orgullosa le izo un gesto a uno de los soldados que había allí, el cual marcho e instantes mas tarde llego sujetando a Armando con ayuda de otro soldado ya que este no se mantenía en pie, Luz al ver al joven en ese estado no puedo evitar un grito de espanto, los soldados arrojaron al muchacho junto a Luz la cual se acercó a el lo mas que pudo mientras que las grimas de espanto recorrían su rostro.

-Luz…- decía como podía Armando -¿estas bien?- pregunto dolorido.

-Si, si no te preocupes- atentaba tranquilizarlo a pesar de su dolor.

-Este invecil-corto el general mientras que agarrando del pelo al muchacho lo alzaba para ponerlo de rodillas –no ha querido darnos ninguna información, y mira como esta, no seas tu tan tonta como el y daos la información que queremos y te dejaremos en paz y también lo dejaremos a el- amenazo.

-Pero yo no se nada de lo que quieren saber- lloraba ella.

-Tu novio en un guerrillero y tu no sabes nada, vamos ¡no bromees!- grito el.

-Lo juro no se nada, si lo supiera se lo diría peor no se nada por favor suéltenme, yo no he hecho nada malo- suplicaba.

-Sabes como se castiga el hecho de encubrimiento de guerrilleros, con la pena de muerte, así que habla o tu morirás y el te seguirá-

-Repito que no se nada, por dios no se nada, déjenos…, déjenos por favor- suplicaba de nuevo, el general comenzaba a desesperarse así que decidió optar por el método mas radical, desenfundo una pistola y apunto a la cabeza del muchacho.

-Mira te daré una ultima oportunidad, o hablas ¡YA! O lo mato-

-¡No! Déjelo, no le haga nada, si quieren les digo cualquier cosa pero será mentira ya que no conozco el paradero de las guerrillas, hágame caso, le digo la verdad no se nada, no miento, yo no se nada- la desesperación del hombre ya era total así que apretó el gatillo para luego ver como el cuerpo del muchacho caía sin vida delante de la muchacha -¡ARMANDO!- el grito se oyó por toda la prisión, la muchacha miraba asustada el cadáver del joven el cual estaba cubierto de golpes y sangres, sus lagrimas se mezclaban con la sangre que le había salpicado en su rostro y sus sollozos inundaban la estancia, mientras que el general con un gesto de asco hablo.

-Llevárosla no sabe nada, si lo hubiera sabido lo habría dicho antes de que apretara el gatillo- dijo aburrido mientras se dirigía a salir del lugar.

-¿Que hacemos con ella?- pregunto un soldado.

-Haced lo que queráis, divertíos pero yo no la quiero ver mas- sentencio.

Tras eso los soldados con sonrisas se llevaron a la muchacha que se removía mientras no quería apartarse del cadáver, la empujaron hasta una celda y le desataron las manos, cerraron la puerta pero un avise le dieron antes de marcharse.

-Será mejor que te portes bien pues esta noche serás nuestro juguete si nos gustas puede que no te matemos- informo uno de ellos.

La muchacha se arrincono mientras que lloraba, gritaba y se culpaba por la muerte del muchacho, cuando se calmo oyó movimiento en la celda en eso entraron dos soldados.

-Sabes vas a tener suerte hoy la base esta prácticamente vacía por eso solo jugaremos nosotros con tigo- hablaba uno.

-Si así que se buena niña y diviértenos- añadió el otro.

Ambos soldados se le acercaron y la arrastraron hasta el centro de la estancia, la despojaron rápidamente de sus ropas y bajo risas se sacaban sus miembros dispuestos a violarla cuantas veces haría falta.

Uno de ellos la agarro por la cabeza y le acerco su miembro hacia el rostro de ella, que entre quejas y gritos se removía intentando alejarse lo mas posible pero su intento fue bloqueado por el otro soldado el cual le abrió la boca a la fuerza para que le adentraran el falo en su boca, la envestida que recibió le llego casi a la garganta poco y se asfixia cuando se deshizo de él tosió sujetándose en el suelo para no caer.

-Has visto lo que te pasara si no eres obediente, así quemas vale que te portes bien y hagas lo que te digamos o sino serás la siguiente en seguir a tu novio- burlo uno de ellos, las lagrimas se agolparon en su rostro pero les obedecía oponiendo algo de resistencia, pero no le venia nada bien el oponerse pues seria peor para ella, así que acabo dándose por vencida jurándose a si misma que se vengaría.

La tenían totalmente sujeta uno de ellos mantenía su polla dentro de su boca mientras que el otro le introducía varios de dos en su ano bruscamente mientras que con la otra mano le tocaba un pecho y lamia su cuello, ella no podía hacer nada mas que dejarse hacer, fue poco lo que tardo el que estaba de pie en correrse en su boca, de nuevo Luz tosió escupiendo el semen que se había acumulado en su boca, eso pareció no gustarle a los guardias que con una mueca le dijeron.

-Eso no se hace, ¿loo sabias? Debes tragártelo y no escupirlo- seguía hablando, ahora límpiame bien los restos de mi poya y no quiero que escupas nada te lo tienes que tragar gustosa- le decía, ella se vio obligada a hacer caso, y lamió el resto de semen que quedaba, poco e falto para vomitar pero se controlo lo poco que pudo, tras eso el que andaba ocupado con su culo le dijo ahora ponte a cuatro patas, que es mi turno , la muchacha obedeció de mala gana y entre gritos evitaba que el hombre la penetrara.

Fu mucho el dolor que noto al sentir el pene del hombre entrar de golpe en su culo que andaba poco dilatado, unos gritos de dolor se escucharon en la celda cuando el hombre sin esperar comenzaba a penetrarla una y otra vez sin esperar ni un segundo, mientras que el primero se pajeaba la poya intentando ponerla de nuevo erecta una vez que lo logro coloco con a la muchacha sentada sobre el que no dejaba de penetrarla por detrás, mientras que le abría las piernas, así dejaba a plena vista el coño de la muchacha.

-Tienes un lindo coñito, me apuesto lo que quieras a que aun es virgen- dijo burlón –pero va a dejar de serlo- añadió mientras se colocaba entre las piernas de enta y colocaba su miembro en la entrada.

Empujo y la penetro en parte pues choco con una pequeña barrera, eso le hizo sonreír pues había acertado la muchacha era virgen, empujó un poco mas y la barrera cedió, sacándole un nuevo grito de dolor a la muchacha.

Luz estaba siendo penetrada tanto por el coño como por su culo, el dolor se apoderaba de su cuerpo, las envestidas tan brutales de esos hombres la estaban destrozando y además el hecho de tener la lengua de uno de ellos en su boca no era una cosa muy agradable.

Fueron muchas las corridas que se apelotonaron tanto en su culo como en su coño, la violaron por largas horas, la montaban de uno en uno, o los dos a la vez, se corrían en su cara o en su cuerpo, la obligaban a chuparles sus miembros, las manoseaban y golpeaban a como les venia en gana, mientras ella podía hacer poco, andaba corta de fuerzas así que no le quedo de otra que verse obligada a dejarse hacer, peo ni un solo gemido salio de su boca,

Al cabo de un rato sus gritos habían cesado de su boca no salía sonido alguno, ya no sentía nada, sus ojos ensombrecido por la falta de fuerza denotaban que la muchacha estaba destrozada y por suerte o por desgracia aun viva, ambos hombres estaban ya por correrse el que mantenía su poya dentro de su coño río cuando se vertió entero dentro suya, mientras que el otro decidió que no se vertería dentro sino que saco su miembro de ella y se puso en pie, se dirigió enfrente de ella y obligándola a chupar se corrió en su boca ahora si sin darle opción de que escupiera el contenido, Luz, trago el semen del hombre, y tras eso ambos hombre divertidos y satisfechos salieron de la estancia prometiendo que volverían al día siguiente, a ella ya no le quedaban lagrimas que derramar su cuerpo esta agotado, magullado y su espíritu también aunque aun así permanecían sus ganas de venganza.

Luz logro descansar un poco el resto de la noche y copio algo de fuerzas gracias a un trozo de pan duro y un poco de agua que le llevaron al día siguiente, esperaba con espanto la caída de la noche pues ya le habían advertido que volverían y así fue pero no vinieron solo los dos de la noche anterior sino que esta vez había tres mas. Ella estaba asustada pero no podía hacer nada.

Cuando la hubieron desvestido comenzaron a pasar sus bocas por todo el cuerpo de la joven, tocaban todos los sitios que querían y acercaban sus miembros erectos y pringosos al cuerpo de la muchacha en señal de lo que le esperaría, así pues no tardaron en penetrarla como la noche anterior solo que esta vez ella mantenía el miembro de un tercero en su boca, mientras que los otros dos la obligaban a pajearles a la vez que lamían sus pechos, sus pezones, su cuello, su cara, su espalda… toda ella estaba manchada por sus bocas y manos.

Los gritos esa noche no se oyeron pues Luz no tenia voz, las envestidas eran duras y rápidas llegando hasta el fondo de su ser, toda ella andaba cubierta de semen y chupando poya tras poya sin descanso, mientras que a cada cual que se corría en su interior dejaba paso a otro para que continuase con su labor.

La muchacha de nuevo acabo agotada la noche pero se prometió a si misma que no aguantaría una noche mas, con toda su fuerza de voluntad se bestió con los restos de lo que quedaba de sus ropas, se apoyo en la puerta y grito pidiendo ayuda aquejada de un dolor en el estomago, nadie le atendió pero cuando el guardia se acercó a acallarla, pudo golpearlo con un cubo donde debía hacer sus necesidades, el guarda cayo y como pudo copio las llaves para salir de esa prisión, tubo suerte de que nadie oyera el estruendo, se apodero del arma del guardia, y recordando el camino que hace dos días había recorrido se adentro dispuesta a vengarse, llego a la sala donde Armando había muerto, sin ser vista eso era algo que jugaba a su favor al tener un cuerpo pequeño no hacia apenas ruido, ya en la estancia continuo por la siguiente puerta encontrándose con una especie de dormitorio despacho, pero no estaba su presa, se escondió y espero a que volviera, ese tiempo le sirvió para descansar y varias horas mas tarde oyó como se aproximaban pasos y voces, se apresuro a prepararse, y se pego a la pared, el General un hombre algo gordo entro con su arrogante sonrisa en la cara cerro la puerta tras de si sin percatarse de la presencia.

Cuando se hubo sentado a la mesa para leer unos mapas hoyo como el seguro del arma era quitado tras su cabeza.

-No hagas locuras en cuanto dispares te mataran pues hay guardias cerca- informo burlo.

-Me importa una mierda morir- susurro seria la joven –aquí ya no me queda nada y dudo que pueda salir alguna vez viva de aquí, además si muero matando al cabron que mato a Armando seré feliz y de seguro alegre a muchos- el hombre se alzo en pie y se dio la vuelta mirándola -¡No te muevas!- grito.
-No te tengo miedo te tiembla tanto el pulso que es probable que incluso falles si disparas- burlo de nuevo, ella se reafirmo en su postura pero era cierto su falta de fuerzas la hacia temblar demasiado. El hombre aprovechando un despiste de ella la empujo contra la pared apartando la mano que sostenía el arma. El forcejeo duro poco un puñetazo dirigido al rostro de Luz provocó que esta cayera al suelo, unos pocos movimientos bruscos por parte de ambos y el gatillo se presiono, Luz se encontraba sentada contra la pared aun con el arma en las manos pero una disparo en el abdomen, esta vez su grito si se oyó pero con las pocas fuerzas que le quedaban disparo de nuevo ahora dando en su blanco, le introdujo una bala en el ojo al general el cual callo de rodillas muerto, una sonrisa apareció entonces en el rostro de Luz.



-Si muero no moriré sola- fue entonces cuando varios soldados entraron de golpe y aunque Luz ya había soltado el arma dispararon sin miramientos dejando ya sin vida a la joven la cual murió con una sonrisa en el rostro.

Tras conocerse la noticia en el pueblo de que el general había muerto, todo el mundo comenzó a revelarse y se conoció a Luz como una heroína del lugar.

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