“... Notaba sus manos sobre mi cuerpo, sus caricias recorrían toda mi piel sin dejar espacio alguno sin explorar, ¿como habíamos llegado a esto? ¿culpa miá? ¿o quizás suya? Eso no importaba lo único que me importa ahora es no cesar en aque jugo incesante. Dio un paso hacia atrás pero me vi incapaz de ello, mi espalda topo contra la pared, y me sentía aprisionada entre su cuerpo y aquel muro que me impedía escapar a cualquier lugar. No hice mas que un mohin antes de poder lamer incesante sus labios dirigiendo mi boca hacia su cuello, a la par que mis manos descendiendo se colaban en su pantalón...”

viernes, 19 de noviembre de 2010

Sorpresa ciega

Era de noche el humo del local me había irritado los ojos, pero me daba igual esa noche estaba destinada a la diversión al alcohol la música y si surgía algo más, pues seria bien aceptado. Vi como mis amigos se acercaban con un grupo de chicas, con anterioridad me habían dicho que las conocieron la noche anterior, y que querían que fuera con ellos a divertirme y era lo que estaba haciendo.

Se presentaron entre ellos y me presentaron a mí. Todas parecían saber que esa noche acabarían en la cama de alguno así que iban provocativas y las miradas que lanzaban eran demasiado sugerente, pero, eso es algo que no me va mucho, prefiero ligarme a una tía por meritos propios a tener preparada ya una. Cada uno se fue separando y se pusieron a hablar con las chicas, yo me apoye en la barra mientras tomaba algo de ron, vi como delante de mi una de las chicas, llamaba a otra, la segunda me llamo la atención, era de piel clara, y su pelo era corto, oculto por una gorra-boina, y parecía ser tan negro como la noche, su cuerpo era bien proporcionado pero algo bajita, tampoco es que fuera una modelo pero estaba buena. Ella se le acercó y sin alzar apenas la vista escucho lo que le decía su amiga, entonces avanzó un poco y se dirigió hacia mi, se apoyo en la barra a mi lado y llamo al camarero.

-Buenas- me dijo simplemente sin mirarme.

-¿Eres tu la que han escogido para mi?- pregunte algo brusco realmente odio que me emparejen ya de antemano, ella sonrío, una sonrisa ¿arrogante?

-A mi no me ha escogido nadie, chaval, solo me han traído para escuchar un poco de música y pasar una noche divertida, y cuando llego aquí me doy cuenta de que un grupo de pringados que no saben ligar habían quedado con ellas, no es por nada, pero con migo no cuentes para enrollarte, no soy como ellas- dijo divertida.

-Mejor- conteste también con una sonrisa, parece ser que no soy el único al que han engañado en algún sentido.

-Chaval debes ser el mas paleto de todos para que te hayan "emparejado" con migo, todas ellas saben que no gusto de tíos fáciles- rió.

-Y tu debes ser la menos bonita después de todo mis amigos te han dejado con el mas paleto y bocazas- burle, parece que ella habla mi mismo idioma.

-Será eso- contesto con una sonrisa mientras me tendía su mano –Soy Luna un gusto- se esta presentando eso es que si que hablamos el mismo idioma.

-Kiko igualmente- le estrecho la mano, pero… aun no he visto su rostro.

Paso algo de rato, me entretuve hablando con ella y me di cuenta de que era una chica agradable, y grosera al mismo tiempo, se parece un poco a mi.

Entre el humo veo como se acercan varios de mis amigos, que me miran con sorpresa.

-Joder Kiko es la primera vez que no dejas a una tía plantada- se burlo.

-Es la primera vez que me choco con alguien a la que le caerías tan mal como me caes a mí- burle yo también con una sonrisa.

-Bueno de todas formas, nosotros nos vamos- hablo la chica que estaba con él -¿Luna te quedas aquí?- le pregunto.

-Si no te preocupes si hace falta luego vuelvo en bus- dijo ella ladeando la cabeza en dirección a la chica.

-Ok, y tu chaval, mas vale que la cuides y no le hagas nada o te la cargas- me ha amenazado ja que miedo me da.

-Se cuidarme yo sola no hace falta que me cuiden- gruño Luna.

-Vale vale lo que tú digas, pero si pasa algo tienes nuestro teléfono- ¿que se cree que es su madre?

-Que si, que si anda y largaros a divertiros- se dio por vencida haciéndole un gesto con la mano. Ambos se marcharon dejándonos allí.

-Si quieres puedo llevarte a casa más tarde no hace falta que cojas el bus- le ofrecí, tengo coche y por un par de km más no creo que pase nada.

-No te preocupes- agradeció con una sonrisa.

-¿Te da vergüenza hablar con migo?- le pregunte de sopetón tras haber estado cinco minutos callado.

-¿Por qué lo dices?- me pregunto.

-No se, solo que no me has mirado ni una vez, pareciera que te doy miedo o algo- dije divertido, ella hizo una mueca con la boca y tras un segundo hablo.

-No te lo han dicho ¿verdad?- ¿Qué me tienen que decir? –Ya veo que no- dijo mientras giraba un poco el rostro hacia mi dirección mostrando unos ojos claros, casi blancos –no suelo mirar mucho a la gente- intento bromear, era ciega y no me había dado cuenta, mierda soy un bocazas a veces.

-Lo siento no lo sabia- conteste rápidamente.

-No lo sientas, tampoco tenias por que saberlo- susurro con una sonrisa.

-¿Cómo es que bienes a un local como este si tu no…?-

-En estos locales es donde mejor estoy, la poca luz hace que prácticamente nadie se vea, la muchedumbre, me facilita el paso entre la gente pues por mucho que las golpee sin darme cuenta nadie se molesta, y además se mas o menos donde están situadas las puertas- dijo esta vez mas divertida –he pasado muchas noches aquí así que me lo conozco bastante- terminó.

Yo sonreí por lo dicho, realmente era cierto prácticamente en este local todos estábamos medio ciegos por la oscuridad y el humo así que ella se sentiría mas cómoda, tras pararme un momento a pensar se me ocurrió una pequeña idea.

-¿Qué tal si bailamos?- es una proposición algo rara pero será divertido.

-¿Cómo quieres que baile, si no veo?- dijo extrañada yo reí.

-Ya lo veras- le digo mientras la agarro de la mano y la guío hasta la pista, parece inquieta ahora si que no se siente para nada cómoda, la agarro por la cintura y la acerco a mi –solo sigue mis movimientos- le susurro divertido, ella se apoya en mi un poco y tras dudar un poco se deja llevar al ritmo de la música… y de mi. No tardó mucho en cambiar esa cara de preocupación por una sonrisa divertida –ves como puedes bailar- le dije riendo.

-Hace muchos años que no bailaba- contesta divertida se ve bonita así.

-Deberías hacerlo más a menudo-

El tiempo corre y nos relajamos en la barra bebiendo, a pesar de lo grosera que fue al principio parece que ahora confía un poco en mi.

-Podríamos ir a otro lugar- propone.

-¿A dónde?- pregunto -ahora mismo no se me ocurre otro lugar en el que haya buen ambiente-

-Hummm...… déjame pensar, aquí cerca hay un lugar al que me gusta ir ¿Qué te parecería?-

-Como quieras- contesto simplemente en verdad cansa el estar todo el rato en el mismo sitio.

Salimos, yo la sigo y sorprendentemente a pesar de su ceguera parece conocer el local bastante bien pues lo atraviesa sin problemas hacia la salida.

-Vamos- me dice mientras que tantea hasta cogerme la mano –soy algo torpe por la calle pero se donde esta el sitio- confiesa.

Comienza a andar mientras que va rozando la pared que lleva a su izquierda, avanzamos un poco logrando evitar chocarse con varias personas, y al fin llegamos a…

-¿Un hotel?- pregunto extrañado.

-Sep- contesta simplemente mientras entra y saluda a la recepcionista, cruza el vestíbulo y llama al ascensor.

-¿Conoces este sitio?-

-Si antes trabajaba aquí- contesta. Subimos al ascensor, y pulsa el botón del ultimo piso, no tardamos en llegar frente a una puerta, parece una suite, pero ella tira de mi hacia otro lado sube unas escaleras y abre una puerta de metal –es aquí- dice mientras entra al tejado, este tiene piedras en el suelo y una pared baja que hace la función de barandilla, un poco a la derecha hay un tejadillo inclinado al que ella se dirige –no algo muy especial pero en una media hora o así se oirá la música del local de enfrente, y luego encenderán las luces, cuando veía solía venir aquí a escondidas era entretenido mirar el panorama mientras esperabas a que la música sonara- dice seria pero con una pequeña sonrisa.

Ciertamente las vistas son espectaculares, se ve toda la ciudad y el cielo también se aprecia, ya que a esta altura no molestan las luces de la calle. La miro esta sentada, parece como si estuviera mirando el cielo, pero es eso solo lo parece.

-¿Puedo preguntarte algo?-

-Ya lo has hecho- sonríe mientras ladea su cabeza hacia mí.

-¿Qué te paso?-

-Tuve un accidente con la moto, me golpee y dañe el lóbulo occipital- contesta.

-¿Hace mucho?- pregunto de nuevo.

-Si no me equivoco casi 7 años-

-¿Es irreversible?-

-Si- contesta ahora seria, hay algo en ella que se ve diferente a los demás, me quedo mirándola por unos instantes, esta tranquila se le nota en el rostro, este sitio la debe relajar, observo como su respiración es constante, y veo esos labios en los que con anterioridad no me había fijado mucho, son demasiado atrayentes, alargo mi mano y le quito la gorra ella se sorprende pero no le da tiempo ha decir nada, le callo todo lo que pueda decir con un beso, esto no se lo esperaba pues de lo inesperado se cae hacia atrás contra las baldosas de tejadillo, ella me agarra de los hombros y me aparta, su rostro refleja enfado –lo estas haciendo por lastima ¿verdad?- dice enfadada.

-No para nada- le contesto.

-¡No te creo, todos sois iguales cuando os enteráis de que no podré ver nunca mas os doy lastima, pues no quiero nada de esa lastima!- grita malhumorada, realmente no me da lastima, bueno si, pero no es por eso por lo que la haya besado.

-¡No te tengo ese tipo de lastima, si me da pena que no puedas ver nunca mas pero, no por eso voy a besarte!- grito, en eso alargo mi mano asta acariciar su mejilla ella gira el rostro al notar mi mano –no es por lastima- le repito cerca de su boca antes de volverla a besar, duda algunos instantes pero al final me corresponde, bajo mis manos hasta agarrarle sus muñecas y colocarlas tras mi cuello, ella las deja hay por unos instantes, pero tras separarnos por la falta de aire, me susurra:
-¿Me dejas saber como eres?- me pregunta dudosa.

-Claro- le contesto simplemente para después darle un corto beso, ella sonríe y comienza a mover sus manos.

Primero las sube por mi nuca, acaricia mi pelo –Tienes el pelo corto- confirma –si me equivoco en algo corrígeme- añade alegre. Tras eso pasa sus manos, rozando mis orejas, luego mis mejillas –no hace mucho que te has afeitado seguro que en la tarde- dice entre risas.

-Antes de salir de mi casa- le confirmo. Ella desciende un poco más sus manos.

-Tienes perilla, y no hace mucho también tenias un piercing bajo el labio ¿cierto?-

-Si, ¿se nota tanto?-

-Se nota el agujero aun no se ha cerrado- añade, sube un poco sus manos, le beso su palma en el recorrido, cierro mis ojos para permitirle palparlos, me acaricia, los parpados y las cejas y se entretiene en una pequeña cicatriz que tengo en mi ceja izquierda -¿de alguna pelea?- me pregunta.

-No, que va me caí de pequeño, me empujo mi hermano mas bien- le digo, mientras la acerco a mi sujetándola por la cintura. Ella baja sus manos hasta mis hombros y desciende cuidadosamente con mucha delicadeza -¿Vas al gimnasio? ¿O haces algún deporte?-

-Voy al gimnasio ¿tanto se me nota?- pregunto arrogante.

-Que va solo que se diferencia el cuerpo de alguien que hace algo de deporte a el que no- le quita importancia, a la vez que se ríe. Desciende un poco mas sus manos por mi pecho y por el abdomen hasta que se detiene, y las vuelve a colocar tras mi nuca –ya se un poco como eres-

-¿Y no quieres saber un poco más?- le pregunto mientras la beso, ella ríe, pero no dice nada –porque yo si quiero saber mas de ti- confieso desviando mis besos por su mandíbula y por su cuello, se rió al besarle en esa zona parecía que le hubiera hecho cosquillas, y tras unos segundos me sujeto del rostro para besarme y añadió.

-Aquí nos pueden pillar suele subir mucha gente a menudo-

-Vayámonos a mi casa, no esta muy lejos, en coche- propuse entre besos, ella cabeceo afirmativamente, y en eso me puse en pie ayudándola a levantarse.

Salimos del edificio, caminábamos tranquilos sin prisas la llevaba agarrada por la espalda, y ella, caminaba por donde le iba indicando, llegamos al coche y montamos, nos pusimos en marcha, durante el transcurso la note incomoda.

-¿No te gustan los coches?- pregunte.

-No me siento segura, normalmente, voy andando o viajo en bus, y al ir de pie noto las curvas y el recorrido, en los coches apenas se nota y no estoy muy cómoda- me contó, le agarre la mano y ella la estrecho claramente no le gustaban los coches.

Llegamos al poco tiempo, bajamos y ella me seguía por las escaleras agarrada a mi chaqueta; viéndola así de indefensa nadie pensaría lo grosera y arrogante que puede ser, rió un poco al pensar eso y ella me escucha.

-¿De que te ríes?- pregunta curiosa.

-De ti- contesto divertido.

-¿De mi?- pregunta sorprendida parando en seco -¿Qué tengo yo de gracia?- dice molesta.

-Nada- le digo volteándome y abrazándola –solo que eres muy bonita a la par de grosera- le digo burlón mientras le doy un pequeño beso en la nariz, que le saca un leve sonrojo.

Entramos en la casa, ella no estaba muy segura de si soltarse o no de mi agarre después de todo no sabia manejarse por la casa, fue entonces cuando iba a soltarse que la agarre mas fuerte estrechándola entre mis brazos, y la bese, la acorrale contra la pared de la entrada mientras recorría su cuerpo con mis manos y ella hacia lo mismo en el mío, correspondía con gusto y lujuria a mis caricias, las sujete de las nalgas, y la cargue así le evite el mal trago de que no supiera por donde ir, la lleve hacia la habitación, mientras notaba como me daba pequeños bocados en el cuello, su piernas estaban enlazadas a mi cintura, y gracias, a que no fuera muy alta me facilito el cargarla, la deje cuidadosamente en el colchón, para conocer el cuerpo que tenia delante, mis labios se dedicaban a probar cualquier trozo de piel descubierta que encontraba dando lugar a que en varias ocasiones le provocara algunas risas al hacerle cosquillas.

Ella me acariciaba la cabeza y los hombro mientras me entretenía en su estomago y colaba mis manos por debajo de su camiseta para masajearle esos bonitos pechos, poco tarde en sacarle la camiseta y lanzarla, no se donde caería pero no me importo, yo seguía con mi trabajo, le desabroche el sostén y también lo lance lejos, ella mientras hacia amagos para desabrochar mi camisa pero le era complicado pues, entre suspiros se entretenía agarrando mi cabeza y dirigiéndola a las zonas que le gustaba que le besase.

Por fin la camisa salio despedida con las demás prendas, ella ahora libre de la tela recorría mi pecho con sus manos mientras que yo me entretenía en su boca, y descendía una de mis manos hasta colarla por el borde de su pantalón, roce su entrepierna por encima de su ropa interior pero al igual parecía gustarle, pues no se quejaba en lo mas mínimo y pequeñitos gemidos salían de su boca, sus ojos carentes de visión se encontraban entrecerrados, disfrutando de mi trabajo.

En eso que en un momento me agarro del brazo y lo saco de su pantalón, y me volteo boca arriba posicionándose ella encima mío, me comió la boca con gusto y lamiendo, mordiendo y besando fue bajando por todo mi pecho el cual también acariciaba, llego hasta mi pantalón, y lo desabrocho si problemas, volvió a subir hacia mi cuello donde se entretuvo besando y lamiendo al igual que mi oreja, mientras que masajeaba mi miembro sobre el pantalón, me estaba poniendo duro y solo lo estaba rozando, cuando notó que el paquete estaba un poco abultado introdujo su mano en mis boxer y lo agarro en toda su longitud, comenzando a mover la mano lentamente hacia arriba y hacia abajo, yo suspiraba, tenia los ojos cerrados disfrutando de ese placer, note como acariciaba con su dedo mi glande y lo rodeaba haciendo círculos, eso provoco que soltara un gemido que oyó, ella rió antes de besarme y susurrarme.

-Que sea ciega no indica que sea mala en la cama- con una sonrisa cargada de picardía, tras eso descendió de nuevo hacia mi pantalón, saco su mano cuidadosamente, y lamió un poco de mis jugos que había en ella, se entretuvo, sabia que la estaba mirando así que se estaba explayando jugando con sus dedos en la boca, y tras sonreír se agacho y sacando mi miembro del pantalón , lo lamió en toda su longitud, esto provoco que dejara caer mi cabeza sobre el colchón, de placer.

Ella comenzó a acariciarlo mientras lo lamia, se metía el glande en la boca y jugaba con su lengua, luego repartía besos por toda su longitud, me masajeaba los huevos con la otra mano y se entretenía gustosa, en eso que me incorpore un poco para lograr mirarla y al moverme ella lo noto levanto su cabeza sonriente y tras eso engullo todo mi miembro de golpe, me mordí el labio para evitar que los vecinos me escucharan, ella comenzó un sube y baja lento, me estaba matando no quería ir rápido lo hacia para torturarme en cierto modo, al poco rato comenzó a acelerar un poco, pero no era suficiente para mi.

Lleve mi mano hacia su cabeza para intentar marcarle el ritmo pero no me dejo, ella la aparto y me dijo:
-Déjame hacer a mi manera, no tengas prisa- en eso volvió a su trabajo, yo ya no podía dejar de gemir, ella aceleraba el ritmo y lo aminoraba a su gusto, ciertamente me estaba torturando. Pero pareció apiadarse de mi cuando acelero el ritmo y se empleo al máximo tanto con su boca como con sus manos, me iba a venir en poco y intente decírselo pero no hizo caso, mas al contrario aceleró más el ritmo, y ocurrió… me corrí en su boca con un gran gemido, pero ella no la aparto, se lo trago todo y lamió los restos antes de subir a fundirse en un beso con migo en el cual notaba mi propio sabor.

De seguido introduje mi mano en su pantalón sin pararme a tontear como había hecho antes, unos de mis dedos se introdujo con facilidad, provocándole un gran gemido de placer y sorpresa, sonreí, había logrado lo que pretendía, me incorpore quedando sentado con ella sobre mi, movía mis dedos sin cesar acariciando y introduciéndolos alternativamente, los dos primeros entraron con algo de facilidad, los movía haciendo círculos para lograr dilatar la zona lo suficiente para que un tercero entrase sin molestia y así fue, entro, lo movía lentamente disfrutando de sus gemidos, estaban logrando que se me volviera a poner dura en pocos segundos, sus caderas se movían al compás de mis dedos, descendí mientras mi boca lamiendo uno de sus pezones, lo mordisqueaba suavemente, y con mi otra mano masajeaba su otro pecho, ella me agarraba de los hombros a la vez que sus piernas enlazadas en mis cintura presionaban un pora intentar profundizar mis dedos en su interior.

La recosté poco a poco sobre la cama quedándome entre sus piernas, saque mi mano de su pantalón y lentamente comencé a quitárselo al mismo tiempo que yo iba repartiendo besos por su abdomen, ella ayudo a deshacerse del resto de su ropa empujándola con los pies, dejándola caer cerca de la cama, en eso comenzó a bajarme también mis pantalones, la ayude en su cometido y una vez ambos ya estábamos desnudos, la bese y comprobando que mis tres dedos entraban con facilidad en su interior me coloque dispuesto a penetrarla, entre lento, veía como ella se mordía el labio inferior aguantando algún gemido que seguramente habría salido de su boca.

Una vez que estuve dentro completamente, le bese el cuello esperando unos segundo a que se acostumbrara a mi intromisión, un beso suyo me dio el permiso para comenzar un vaivén de ambos, lentas pero profundas estocadas, que hacían que gimiéramos sin control acallándonos de vez en cuando en la boca del otro, mientras nuestras manos se movían solas acariciando el cuerpo del contrario, no quedaba lugar en nuestros cuerpos que no hubiéramos tocada, lamido o besado.

Los movimientos acompasados de los dos se fueron acelerando, tuve que apoyarme sobre la colcha a un lado de su cabeza para evitar perder el equilibrio, mientras que suspirábamos agitados, la miraba a la cara, ella estaba igual de agitada que yo, suspiraba y gemía a cada vaivén mientras se agarraba a las sabanas con fuerza, y movía sus caderas intentando producirse un mayor placer, poco tardamos en acelerar lo mas que pusimos, le sujete una de sus piernas para permitirme una mejor movilidad.

Nuestros alientos se mezclaban, nuestros cuerpos sudorosos no dejaban hueco libre entre nosotros y las estocadas tan fuertes y profundas provocaron que no tardase mucho en venirme pero un susurro suyo me hizo contenerme.

-Aguanta un poco mas que ya estoy a punto- susurro entre cortado, casi sin aliento, me esforcé al máximo en intentar que ambos nos viniéramos a la vez y lo logre.

Entrelace mi mano con la suya mientras ambos gemíamos al notar las convulsiones que seguirían al placer, ella arqueo su espalda, con los ojos cerrados, yo hundí mi rostro en su cuello mientras que la pegaba más a mí con la otra mano.

Respiramos agitados intentando recuperar el aliento, nuestras frentes juntas, la bese con delicadeza y dulzura mientras que salía de ella, le acaricie el rostro y pude ver una leve sonrisa en su rostro me eché a un lado suyo boca arriba, ella se volvió hacia mi y apoyo su cabeza sobre mi pecho mientras que paseaba su mano por mi estomago, la acerque mas a mi pasando un brazo por sus hombros y bese su frente, ella sonrió y me abrazo en eso un móvil sonó.

-¡Mi móvil!- dijo sorprendida al reconocer su tono. Yo me asome al borde de la cama buscando con la mirada el teléfono hasta localizarlo, alargue mi brazo y se lo pase -¿Diga?- preguntó.

-¡Luna! ¿Dónde estas?- se oía una voz al otro lado –estamos en la disco y no te vemos- prosiguió.

-¿No estabais vosotras con los chicos?- pregunto sin contestar.

-Si, pero son una pandilla de imbéciles, así que nos hemos ido, y cuando hemos regresado para recogerte no te vemos- informo, ella puso una cara de extrañeza mientras se sentaba.

-¿Imbéciles? Pensaba que el único imbécil de la pandilla me lo habíais endiñado a mi- bromeo con una sonrisa, a lo que en protesta le gruñí al oído mientras también me colocaba sentado tras ella.

-Pues si con el que estabas es el más imbécil de todos, lastima me das, dinos donde estas que vamos a por ti- al escuchar eso le cogí el móvil y evitando que me lo arrebatara hable yo.

-Lo siento pero esta con el más imbécil de la pandilla y se lo esta pasando estupendamente, así que si no queréis nada mas ya os vera mañana chao- tras haber dicho eso colgué, mientras veía su cara de sorpresa y vergüenza a la vez.

-¿Cómo se te ocurre colgarle? Y más ¿Cómo se te ocurre decirle eso?- me reprocho.

-¿Me vas a negar que te lo estas pasando estupendamente?- le recrimine.

-No, pero…-

-Pero ¿Qué?- le corte divertido.

-Podías haber sido un poco más discreto y no haberles colgado- intento excusarse. La voltee frente a mí.

-Recuerda que soy el más bocazas- dije tras morderle suavemente el labio, ella hizo un pequeño puchero, a la vez que pasaba sus manos sobre mis hombros –¿quien iba a pensar que los únicos que íbamos a pasar la noche bien seriamos nosotros?- ella sonrío divertida ante mi comentario.

Apoyó su cabeza sobre mi hombro y yo me tumbe abrazándola, poco tardamos en quedarnos dormidos, mañana seria un nuevo día, y quien sabes quizás esta no seria la primera noche que pasaba con ella.

Perseguida en la oscuridad


Todo estaba oscuro yo corría, no podía parar me iban persiguiendo, no veía nada corría sin dirección, todo era negro. Oía cada vez mas cerca los pasos de mis perseguidores, así que apremie el paso, el aire me faltaba me estaba fatigando llevaba largo rato corriendo sin parar, debía descansar pero mis perseguidores no descansarían, corrí un poco mas pero algo se abalanzo sobre mi y me hizo caer, grite por el golpe y el susto cuando intente deshacerme de ese algo no pude, estaba sujetándome de las manos sobre mi cabeza, lo tenia en mi espalda, mi cabeza estaba presionada contra el suelo.


Fue entonces cuando me di cuenta de que me habían dado alcance, pero lo extraño es que se trataba de solo una persona a pesar de haber escuchado múltiples pasos tras de mi.

No le veía el rostro pero parecía fuerte, por lo que pude notar no era gordo pero su peso delataba que era alto o al menos musculoso. Me removía intentaba soltarme, no podía, gritaba pero nadie lo oía, esta todo negro ni una luz ni siquiera atinaba ha ver mis manos, grite de nuevo y volví a gritar pero una voz me mi oído me hizo callar.

-Grita todo lo que quieras, pero estamos solos aquí no hay nadie mas que tu y yo- dijo con tono burlón mi capturador.

-¡Suéltame!- grite pero como si no me hubiera oído.

Entonces comenzó a lamer mi cuello, yo me removía no pensaba dejar que hiciera con migo lo que quisiera, pero no lograba que aflojase su agarre ni un poco. Continuo lamiendo mi cuello mientras repartía voraces besos por todo el, agarro mis manos con solo una para así facilitarse el tener la otra libre, intente soltarme de nuevo pues pensé que ahora lo lograría, craso error, nada seguía igual.

Su mano libre agarro el cuello de mi camiseta que era ancho y lo bajo por un hombro así permitiéndose tener más carne que degustar. Me quejaba sin parar me removía intentaba patalear y aun así como si mi fuerza no significara nada.

-Por mucho que te muevas, esta noche serás mía, haz lo que quieras, puedes disfrutar y dejarte hacer o puedes pasarla mal, en ambos casos te pienso domar- me volvió ha hablar.

-¡Ni en tus mejores sueños!- le espete, se que no es algo muy normal estando en tan clara desventaja pero mi carácter es así -¡no lograras domarme por mucho que me fuerces desgraciado!- grite de nuevo, el tan solo rió y entonces note como bajaba si mano y agarraba la cintura de mi pantalón, de un solo tirón lo bajo dejándomelo por las rodillas, entonces comenzó a tocar mi culo, descendiendo hacia mi coño por encima de mi ropa interior, yo le insultaba intentaba alcanzar sus cabeza que la tenia en mi cuello, aun que fuese para morderlo y así lograr soltarme pero nada, sus dedos recorrían lascivamente todo mi coño, una y otra vez.

-¡Hijo de puta!- grite –pienso matarte en cuanto me sueltes- amenace.

-¿Quién ha dicho que te valla a soltar?- contesto, esto me dejo algo preocupada pero no cese en mis insultos.

Fue entonces cuando bajo mis bragas dejándolas junto al pantalón, me removí más que nunca, pero fue inevitable un fuerte estocada y sentí como toda su longitud se introducía dentro de mi. Un gran grito de placer disimulado por el dolor de la poca delicadeza salio de mi boca.

Comenzó un vaivén sin control, notaba sus estocadas, fuertes y duras, intentaba contenerme, ya que a pesar de mi rabia ese cabrón me estaba dando uno de los mayores placeres que me habían dado nunca, su herramienta debería ser enorme pues la sentía toda, intentaba no gemir mordiéndome el labio mientras que el masajeaba uno de mis pechos con su mano al compás de sus movimientos, su cabeza aun no se había alejado de mi cuello y lo recorría numerosas veces, bajaba hasta la espalda y volvía ha subir lamiendo hasta mi oreja.

Un gemido se escapo de mi boca y me maldije mil veces por no poderlo evitar, oí como el reía, lo había oído, y eso parecía haberle excitado mas pues apremio mas el ritmo, me agarro de la cintura y sacando una única vez su miembro de dentro mío me giro poniéndome boca arriba, se deshizo de mis pantalones y mis bragas que aun estaban en mis piernas y me obligo a abrirlas, hice toda la fuerza que pude para evitarlo, pero presiono su cuerpo sobre el mío para lograr abrirlas, y de nuevo entro en mi, había sido igual de rudo que la primera vez, pero en esta ocasión apenas había sentido dolor alguno, siguió moviéndose mientras me sujetaba una de mis piernas sobre su cintura.

Al variar la posición, los gemidos salían mas seguidos de mi boca, ahora lo sentía aun mas y a pesar de mi fuerza de voluntad parecía saber donde golpear para sacármelos, me besaba el rostro y descendió hasta mi boca, yo la mantenía cerrada pero él insistía, intentaba introducir su lengua dentro, no se lo permitiría, mi cabezonería pareció molestarle, pues una fuerte estocada me hizo sentir sus huevos golpear contra mi coño y provoco que gimiera, momento que aprovechó para introducir su lengua.

Su boca se movía lujuriosa, su lengua recorría mi cavidad entera, le mordí el labio en una ocasión para hacer que se alejara pero tan solo se rió y volvió a su trabajo.

Poco tiempo después un primer orgasmo me invadió, intente reprimirlo peor me era imposible, el se vino a la vez en mi interior a pesar de que le pidiera que no lo hiciera, el solo reía. Tras este primer orgasmo se quedo dentro de mi mientras recuperaba un poco el aliento momento que yo también aproveché para recuperarlo, me volvió a besar a pesar de mis quejas, y me susurro.

-No se que tan divertido es negarse el placer, después de todo lo has disfrutado tanto o mas que yo- dijo burlón.

-¡Jamás!- fue mi única contestación mi tozudez era enorme.

-O me estas diciendo que no le disfrutaste, después de haber oído esos múltiples gemidos que a pesar de que intentaras retenerlos salieron- ¡se estaba burlando de mi!

-¡Cállate!- grite, el volvió a reír y me volvió a besar, entonces comenzó a acariciar todo mi cuerpo parecía que ahora no tuviera prisa ninguna, había cambiado ahora era mas delicado, se estaba tomando la labor con calma, sus besos ahora no eran tan lujuriosos como antes, eso me extraño pero mas me extraño que yo relajase mis brazos y comenzara a corresponderle sus besos, pareció agradarle pues, sonrió sobre mi boca y continuo con su labor, me soltó el agarre de las muñecas, mientras descendía su boca por mi cuello en dirección a mi estomago, ahora no era dueña de mis actos, mis brazos se movían solos, acariciando, su cabeza, por lo que note, tenia el cabello algo corto, descendí mis caricias hacia su cuello y sus hombros, y como antes había imaginado eran fuertes, sus besos descendían lentamente, hasta alcanzar mi ombligo, donde se entretuvo para luego volver a subir apoderándose de nuevo de mi boca, ahora ambos mas calmados pude notar como en su lengua llevaba un piercing, cosa de la cual antes no me había fijado, mis manos lo acariciaban y pude notar que también llevaba tres pendientes en su oreja izquierda parecían aros, pero no me entretuve en ellos, dirigí mis caricias, hacia sus mejillas, hay pude distinguir que no tenia barba pero su una pequeña perilla, mis piernas se enredaron solas sobre su cintura, mientras el comenzaba un nuevo vaivén lento, yo hacia fuerza con ellas para que llegase lo mas hondo que pudiera, sus manos me acariciaban el abdomen y las piernas, su boca buscaba todos los recovecos antes inexplorados a los que alcanzaba, mis gemidos sonaron ahora libres, sin verse censurados por mi cabezonería, también se oía numerosos gemidos salir de su boca cerca de mi oído mientras susurraba mi nombre, cosa que me sorprendió pues yo no veía nada, no sabia quien o como era pero el sabia mi nombre.

Me movía a compás de él, yo le alentaba con pequeñas palabras para que acelerara los movimientos, mientras que me agarraba a su espalda, sentía como un segundo orgasmo estaba por legar aun mas placentero y fuerte que el anterior, arquee mi espalda cuando llego, y de mi boca numerosos y fuertes gemidos salían sin descontrol, el se encorvo también mientras se apoderaba de mi boca acallando nuestros gemidos, se corrió dentro de mi por segunda vez pero ya no me importo, respiramos agotados, mientras me besaba, salio de mi interior y me coloco a mi lado y me susurro al oído mientras me acariciaba el rostro.

-Espero que lo hayas disfrutado tanto como yo-

-Claro- conteste cansada mientras evitaba no cerrar los ojos, en eso de nuevo me beso y cuando se separo divisé a ver su rostro, era moreno con ojos verdes, en efecto tenia por pendientes de la oreja y la perilla que había supuesto al acariciarlo, cuando me fije mejor, pude reconocerlo.

-¡¿Gabriel?!- dije sorprendida, era mi vecino Gabriel el del piso de al lado un muchacho dos años mayor que yo, el sonrió y añadió.

-Si quieres repetirlo ya sabes donde estoy- y tras eso se desvaneció, cerré los ojos al ver la luz tan fuerte que entraba por la ventana, estaba sola en mi cama, no había rastro de que hubiera habido nadie mas en mi habitación esa noche, me senté respirando presurosa, mientras me miraba que realmente estaba mojada.

Todo había sido un sueño, no podía creérmelo nunca me había fijado en mi vecino Gabriel y esa noche había tenido el mejor sexo de mi vida con él, claro que en mi cabeza, me duche y mas tranquila me salí al balcón a fumarme un cigarrillo tenia mono de nicotina, cuando mire hacia la derecha vi que Gabriel también estaba en la terraza fumando, coincidimos nuestras miradas y un sonrojo recorrió nuestros rostros y con un "hola" ambos nos metimos presurosos hacia el interior de nuestras viviendas, no se por que pero me daba la sensación, de que no había sido yo la única en tener ese sueño.

Una sonrisa asomo mi rostro mientras me disponía en ir a la comprar, de a partir de ahora creo que mi atención se dirigiría hacia el inconscientemente, de igual manera, para la próxima vez mejor que ocurriera con el real ¿no creéis?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El vagón nº 13



La noche ya caída dejaba las calles en penumbras, mientras que una joven corría desesperada evitando ser atrapada por sus perseguidores, varios policías, que intentaban llevarla de nuevo al orfanato del cual había huido minutos antes, en eso una voz la llamo desde un callejón oscuro, corrió hacia ella al reconocerla.

-Luz, no debiste haberte escapado del orfanato- le reprocho muchacho algo mayor que ella.

-No quería que te marcharas sin que me pudiera despedir- decía presurosa mientras que lagrimas caían por sus mejillas –las malditas monjas esas no me dejan salir del lugar, y no quiero que te vallas con las guerrillas y no pueda verte mas- lloraba, el muchacho la miro y agacho la cabeza, de buena mano sabia que lo habían obligado a entrar a la guerrilla y que con su poca experiencia en batalla seria un blanco fácil de las armas enemigas.

-Luz atiende, debes iré o sino como nos pillen seré yo el que tenga problemas- le intento convencer de su regreso.

-Deja de decir estupideces, si nos pillan, a la que le pasara algo es a mi y no me importa quiero pasar con tigo aunque sea la ultima noche que pueda estar con tigo- seguía llorando mientras se aferraba a la camiseta de este, el muchacho no puedo contenerse y la abrazo fuertemente e un intento de consolarla.

-Escúchame, prométeme que cuando puedas te largaras de este lugar, aquí solo te espera la doctrina de monja o la prostitución, por favor prométeme que te marcharas lejos a una ciudad y que vivirás mucho mejor- le dijo mientras la agarraba por los hombros y la situaba delante de el para que le pudiera ver su rostro serio.

-Si claro, lo prometo pero tú prométeme que volverás- no cesaba en su lloro, el no contesto apenas acerco su rostro y un simple pero calido beso fue lo que le proporciono.

-Eso no puedo prometértelo y lo sabes, si por mi fuera no estaría en esta situación- ella agacho el rostro y afirmo con la cabeza, el muchacho miro hacia un lado y pudo divisar como se acercaban los policías –escúchame, vete ahora mismo corre dirígete hacia la estación y en los vagones de carga al fondo en el numero 13 móntate ahí hay personas que quiere irse al igual que tu, adelántate, intentare frenarlos un poco, si puedo te alcanzo sino vete sin mi no bajes del vagón y escapa, y si mas tarde sigo convida te prometo que te buscare- le dijo a prisa, ella afirmo rápidamente con una cara de sorpresa, Armando la beso ahora con mas fuerza, antes de salir al encuentro de los policías para dirigirlos en la dirección opuesta, Luz en cambio corrió hacia su lugar de destino, ahora era su oportunidad de escapar de ese pueblo que parecía el mismo infierno, cuando encontró el vagón monto con ayuda de varias personas que también se escondían allí, espero atenta entre las cajas de que trasportaban ropas para vender a que Armando llegara pero no llego, se oía mucho ruido pero no se le veía aparecer por ningún lado.

Aun contra de su voluntad permaneció en el vagón aunque se pusiera en marcha, su carácter le mandaba que bajara y esperase al muchacho pero se lo había prometido y no rompió su promesa.

Duro toda la noche y parte del día el viaje del tren pero en cuanto llegaron a la estación de descarga todos los que hay se encontraron descendieron del vagón para buscar una nueva forma de vida mas beneficiosa de la que con anterior tenían.

Luz se dirigió junto con una mujer mayor y un crío de apenas 7 años hacia lo que parecía un refugio allí encontró alojamiento y consiguió que en una frutería le dieran trabajo, era muy duro muchas horas para lo poco que le pagaban pero así podía mantenerse con algo de comida.

La vida no le iba todo lo bien que ella había planeado pero tampoco se quejaba, eso era mejor que el estar pendiente de esas monjas que parecían brujas que estaban compradas por las guerrillas.

Ella había hecho amistades por la zona era agradable y no tenían queja de su trabajo pero algo malo ocurrió, un día mientras atendía el puesto del mercado vio como los militares llevaban presos a varios miembros de las guerrillas, y logro distinguir como uno de ellos era Armando, ahogo un grito al verlo en tal estado estaba lleno de heridas y de sangre, además los militares lo iban golpeando a cada poco.

En la noche busco las prisiones de los militares y pudo localizar al muchacho desde una ventana que había en una pared.

-Armando- llamo insegura de que le contestara después de ver su estado igual que el de los demás prisioneros, el joven que estaba tirado en el suelo con las manos atadas a la espalda, al escuchar su nombre se incorporo un poco y se acercó a la ventana.

-Luz ¿Qué haces aquí?- pregunto asustado –márchate de aquí, esto es peligroso, o te acerques a esta zona de la ciudad, si te ven creerán que eres de los nuestros- le advirtió, temeroso.

-Pero ¿Qué os a pasado?- pregunto ella preocupada y al igual asustada.

-Nos tendieron una emboscada, solo quedamos nosotros el resto murió, y a nosotros nos mataran pronto pero antes quieren que les digamos la posición de los demás- le informo.

-¡Oh! No por dios Armando tienes que salir de aquí rápidamente-

-No, no hagas nada entupido, ya estamos muertos así que no te acerques debes intentar que no te vean por aquí a mi no me importa morir pero no soportaría verte a ti aquí- dijo serio –así que no te preocupes por mi y corre, ella a duras penas accedió pero no antes de besaron por entre los barrotes.

Los siguientes días se sucedieron sus viajes hasta la ventana de la celda por muchas quejas que pusiera el muchacho. Una de esas noches cuando ya estaba por marcharse los militares la vieron y aunque intento correr no lo logro por mucho, no era muy rápida, así que fe apresada en poco.

Cuando la llevaron ante el general ya estaba magullada, pues le habían intentado obligar a que confesara que era una guerrillera, cosa que ella negó en rotundo, fue entonces cuando el general decidió usar otros métodos mas rotundos para que hablara.

Cuando Luz entro a la estancia la empujaron hasta hacerla caer de rodillas ante el militar.

-Me han dicho que te llamas Luz- hablaba arrogante el general –también me han dicho que te niegas ha hablar, me da igual si prefieres callártelo por ahora pero que sepas que por mucho que tarde te sacare la información que quiero- le dijo sujetándola de la barbilla par que la mirara – tras una sonrisa orgullosa le izo un gesto a uno de los soldados que había allí, el cual marcho e instantes mas tarde llego sujetando a Armando con ayuda de otro soldado ya que este no se mantenía en pie, Luz al ver al joven en ese estado no puedo evitar un grito de espanto, los soldados arrojaron al muchacho junto a Luz la cual se acercó a el lo mas que pudo mientras que las grimas de espanto recorrían su rostro.

-Luz…- decía como podía Armando -¿estas bien?- pregunto dolorido.

-Si, si no te preocupes- atentaba tranquilizarlo a pesar de su dolor.

-Este invecil-corto el general mientras que agarrando del pelo al muchacho lo alzaba para ponerlo de rodillas –no ha querido darnos ninguna información, y mira como esta, no seas tu tan tonta como el y daos la información que queremos y te dejaremos en paz y también lo dejaremos a el- amenazo.

-Pero yo no se nada de lo que quieren saber- lloraba ella.

-Tu novio en un guerrillero y tu no sabes nada, vamos ¡no bromees!- grito el.

-Lo juro no se nada, si lo supiera se lo diría peor no se nada por favor suéltenme, yo no he hecho nada malo- suplicaba.

-Sabes como se castiga el hecho de encubrimiento de guerrilleros, con la pena de muerte, así que habla o tu morirás y el te seguirá-

-Repito que no se nada, por dios no se nada, déjenos…, déjenos por favor- suplicaba de nuevo, el general comenzaba a desesperarse así que decidió optar por el método mas radical, desenfundo una pistola y apunto a la cabeza del muchacho.

-Mira te daré una ultima oportunidad, o hablas ¡YA! O lo mato-

-¡No! Déjelo, no le haga nada, si quieren les digo cualquier cosa pero será mentira ya que no conozco el paradero de las guerrillas, hágame caso, le digo la verdad no se nada, no miento, yo no se nada- la desesperación del hombre ya era total así que apretó el gatillo para luego ver como el cuerpo del muchacho caía sin vida delante de la muchacha -¡ARMANDO!- el grito se oyó por toda la prisión, la muchacha miraba asustada el cadáver del joven el cual estaba cubierto de golpes y sangres, sus lagrimas se mezclaban con la sangre que le había salpicado en su rostro y sus sollozos inundaban la estancia, mientras que el general con un gesto de asco hablo.

-Llevárosla no sabe nada, si lo hubiera sabido lo habría dicho antes de que apretara el gatillo- dijo aburrido mientras se dirigía a salir del lugar.

-¿Que hacemos con ella?- pregunto un soldado.

-Haced lo que queráis, divertíos pero yo no la quiero ver mas- sentencio.

Tras eso los soldados con sonrisas se llevaron a la muchacha que se removía mientras no quería apartarse del cadáver, la empujaron hasta una celda y le desataron las manos, cerraron la puerta pero un avise le dieron antes de marcharse.

-Será mejor que te portes bien pues esta noche serás nuestro juguete si nos gustas puede que no te matemos- informo uno de ellos.

La muchacha se arrincono mientras que lloraba, gritaba y se culpaba por la muerte del muchacho, cuando se calmo oyó movimiento en la celda en eso entraron dos soldados.

-Sabes vas a tener suerte hoy la base esta prácticamente vacía por eso solo jugaremos nosotros con tigo- hablaba uno.

-Si así que se buena niña y diviértenos- añadió el otro.

Ambos soldados se le acercaron y la arrastraron hasta el centro de la estancia, la despojaron rápidamente de sus ropas y bajo risas se sacaban sus miembros dispuestos a violarla cuantas veces haría falta.

Uno de ellos la agarro por la cabeza y le acerco su miembro hacia el rostro de ella, que entre quejas y gritos se removía intentando alejarse lo mas posible pero su intento fue bloqueado por el otro soldado el cual le abrió la boca a la fuerza para que le adentraran el falo en su boca, la envestida que recibió le llego casi a la garganta poco y se asfixia cuando se deshizo de él tosió sujetándose en el suelo para no caer.

-Has visto lo que te pasara si no eres obediente, así quemas vale que te portes bien y hagas lo que te digamos o sino serás la siguiente en seguir a tu novio- burlo uno de ellos, las lagrimas se agolparon en su rostro pero les obedecía oponiendo algo de resistencia, pero no le venia nada bien el oponerse pues seria peor para ella, así que acabo dándose por vencida jurándose a si misma que se vengaría.

La tenían totalmente sujeta uno de ellos mantenía su polla dentro de su boca mientras que el otro le introducía varios de dos en su ano bruscamente mientras que con la otra mano le tocaba un pecho y lamia su cuello, ella no podía hacer nada mas que dejarse hacer, fue poco lo que tardo el que estaba de pie en correrse en su boca, de nuevo Luz tosió escupiendo el semen que se había acumulado en su boca, eso pareció no gustarle a los guardias que con una mueca le dijeron.

-Eso no se hace, ¿loo sabias? Debes tragártelo y no escupirlo- seguía hablando, ahora límpiame bien los restos de mi poya y no quiero que escupas nada te lo tienes que tragar gustosa- le decía, ella se vio obligada a hacer caso, y lamió el resto de semen que quedaba, poco e falto para vomitar pero se controlo lo poco que pudo, tras eso el que andaba ocupado con su culo le dijo ahora ponte a cuatro patas, que es mi turno , la muchacha obedeció de mala gana y entre gritos evitaba que el hombre la penetrara.

Fu mucho el dolor que noto al sentir el pene del hombre entrar de golpe en su culo que andaba poco dilatado, unos gritos de dolor se escucharon en la celda cuando el hombre sin esperar comenzaba a penetrarla una y otra vez sin esperar ni un segundo, mientras que el primero se pajeaba la poya intentando ponerla de nuevo erecta una vez que lo logro coloco con a la muchacha sentada sobre el que no dejaba de penetrarla por detrás, mientras que le abría las piernas, así dejaba a plena vista el coño de la muchacha.

-Tienes un lindo coñito, me apuesto lo que quieras a que aun es virgen- dijo burlón –pero va a dejar de serlo- añadió mientras se colocaba entre las piernas de enta y colocaba su miembro en la entrada.

Empujo y la penetro en parte pues choco con una pequeña barrera, eso le hizo sonreír pues había acertado la muchacha era virgen, empujó un poco mas y la barrera cedió, sacándole un nuevo grito de dolor a la muchacha.

Luz estaba siendo penetrada tanto por el coño como por su culo, el dolor se apoderaba de su cuerpo, las envestidas tan brutales de esos hombres la estaban destrozando y además el hecho de tener la lengua de uno de ellos en su boca no era una cosa muy agradable.

Fueron muchas las corridas que se apelotonaron tanto en su culo como en su coño, la violaron por largas horas, la montaban de uno en uno, o los dos a la vez, se corrían en su cara o en su cuerpo, la obligaban a chuparles sus miembros, las manoseaban y golpeaban a como les venia en gana, mientras ella podía hacer poco, andaba corta de fuerzas así que no le quedo de otra que verse obligada a dejarse hacer, peo ni un solo gemido salio de su boca,

Al cabo de un rato sus gritos habían cesado de su boca no salía sonido alguno, ya no sentía nada, sus ojos ensombrecido por la falta de fuerza denotaban que la muchacha estaba destrozada y por suerte o por desgracia aun viva, ambos hombres estaban ya por correrse el que mantenía su poya dentro de su coño río cuando se vertió entero dentro suya, mientras que el otro decidió que no se vertería dentro sino que saco su miembro de ella y se puso en pie, se dirigió enfrente de ella y obligándola a chupar se corrió en su boca ahora si sin darle opción de que escupiera el contenido, Luz, trago el semen del hombre, y tras eso ambos hombre divertidos y satisfechos salieron de la estancia prometiendo que volverían al día siguiente, a ella ya no le quedaban lagrimas que derramar su cuerpo esta agotado, magullado y su espíritu también aunque aun así permanecían sus ganas de venganza.

Luz logro descansar un poco el resto de la noche y copio algo de fuerzas gracias a un trozo de pan duro y un poco de agua que le llevaron al día siguiente, esperaba con espanto la caída de la noche pues ya le habían advertido que volverían y así fue pero no vinieron solo los dos de la noche anterior sino que esta vez había tres mas. Ella estaba asustada pero no podía hacer nada.

Cuando la hubieron desvestido comenzaron a pasar sus bocas por todo el cuerpo de la joven, tocaban todos los sitios que querían y acercaban sus miembros erectos y pringosos al cuerpo de la muchacha en señal de lo que le esperaría, así pues no tardaron en penetrarla como la noche anterior solo que esta vez ella mantenía el miembro de un tercero en su boca, mientras que los otros dos la obligaban a pajearles a la vez que lamían sus pechos, sus pezones, su cuello, su cara, su espalda… toda ella estaba manchada por sus bocas y manos.

Los gritos esa noche no se oyeron pues Luz no tenia voz, las envestidas eran duras y rápidas llegando hasta el fondo de su ser, toda ella andaba cubierta de semen y chupando poya tras poya sin descanso, mientras que a cada cual que se corría en su interior dejaba paso a otro para que continuase con su labor.

La muchacha de nuevo acabo agotada la noche pero se prometió a si misma que no aguantaría una noche mas, con toda su fuerza de voluntad se bestió con los restos de lo que quedaba de sus ropas, se apoyo en la puerta y grito pidiendo ayuda aquejada de un dolor en el estomago, nadie le atendió pero cuando el guardia se acercó a acallarla, pudo golpearlo con un cubo donde debía hacer sus necesidades, el guarda cayo y como pudo copio las llaves para salir de esa prisión, tubo suerte de que nadie oyera el estruendo, se apodero del arma del guardia, y recordando el camino que hace dos días había recorrido se adentro dispuesta a vengarse, llego a la sala donde Armando había muerto, sin ser vista eso era algo que jugaba a su favor al tener un cuerpo pequeño no hacia apenas ruido, ya en la estancia continuo por la siguiente puerta encontrándose con una especie de dormitorio despacho, pero no estaba su presa, se escondió y espero a que volviera, ese tiempo le sirvió para descansar y varias horas mas tarde oyó como se aproximaban pasos y voces, se apresuro a prepararse, y se pego a la pared, el General un hombre algo gordo entro con su arrogante sonrisa en la cara cerro la puerta tras de si sin percatarse de la presencia.

Cuando se hubo sentado a la mesa para leer unos mapas hoyo como el seguro del arma era quitado tras su cabeza.

-No hagas locuras en cuanto dispares te mataran pues hay guardias cerca- informo burlo.

-Me importa una mierda morir- susurro seria la joven –aquí ya no me queda nada y dudo que pueda salir alguna vez viva de aquí, además si muero matando al cabron que mato a Armando seré feliz y de seguro alegre a muchos- el hombre se alzo en pie y se dio la vuelta mirándola -¡No te muevas!- grito.
-No te tengo miedo te tiembla tanto el pulso que es probable que incluso falles si disparas- burlo de nuevo, ella se reafirmo en su postura pero era cierto su falta de fuerzas la hacia temblar demasiado. El hombre aprovechando un despiste de ella la empujo contra la pared apartando la mano que sostenía el arma. El forcejeo duro poco un puñetazo dirigido al rostro de Luz provocó que esta cayera al suelo, unos pocos movimientos bruscos por parte de ambos y el gatillo se presiono, Luz se encontraba sentada contra la pared aun con el arma en las manos pero una disparo en el abdomen, esta vez su grito si se oyó pero con las pocas fuerzas que le quedaban disparo de nuevo ahora dando en su blanco, le introdujo una bala en el ojo al general el cual callo de rodillas muerto, una sonrisa apareció entonces en el rostro de Luz.



-Si muero no moriré sola- fue entonces cuando varios soldados entraron de golpe y aunque Luz ya había soltado el arma dispararon sin miramientos dejando ya sin vida a la joven la cual murió con una sonrisa en el rostro.

Tras conocerse la noticia en el pueblo de que el general había muerto, todo el mundo comenzó a revelarse y se conoció a Luz como una heroína del lugar.

Atacción

La sensualidad es la expresión más sencilla de la atracción, pero la más efectiva al momento de la provocación

¡Que mala suerte tengo!

Es de noche miro mi reloj, ya pasa de las dos de la madrugada y yo aun en pleno invierno por la calle, sin dinero para tomar algo, apenas con abrigo para entrar en calor, y encima abandonado por la zorra de mi novia, bueno ahora mi ex.

Y os preguntareis el porque de mi mala situación, es fácil, supuestamente hoy salía con mi novia de marcha, ella conducía, así que no traje mi coche, nosotros íbamos a pasar la noche en un local de la ciudad dando brincos entre la multitud al son de la música y quizás echando algún que otro polvo rápido en lo baños de la discoteca, de hay que lleve poco abrigo, pero lo malo es que ese plan que en mi cabeza parecía divertido y puede que incluso excitante, se fue a la mierda cuando un par de horas mas tarde la zorra de mi ex me suelta que me deja, que se lleva el coche (normal era suyo), y que se va con mi vecino, según ella, le hace sentir mucho mas placer de lo que yo le doy.

Bueno eso no es algo de extrañar, tampoco es que me excitara mucho esa pava teñida de rubio con un par de tetas que caían casi hasta el suelo y encima con unas arrugas que la hacían parecer mas vieja de lo que ya de pos sí era, y no se que pensareis vosotros, pero yo si la veo en pelotas ante de mi, no me provoca erección alguna, así que realmente me alegro de que me aya dejado, aunque no se por que, no la he dejado yo antes.

El caso es que este es el panorama que se me presenta, yo ahora no se a donde ir pues es algo tarde, tengo frío, no tengo coche ni dinero para un taxi y digamos que esta no es mi ciudad… perfecto es la noche perfecta que había planeado (notar mi sarcasmo por favor) y lo mejor de todo es que ahora comienza a llover.

Corro a resguardarme en un local pequeño y bastante tranquilo, pero mala elección, me acabo de meter en un puticlub y yo sin dinero, si es que las cosas no pueden in peor.

Veo como se me acerca una morena con unas curvas casi perfectas y se me sienta al lado.

-¿Guapo necesitas de mis servicios?- me pregunta mientras pasa su mano por mi mejilla y la baja por mi cuello, y desciende, y… mierda me voy a empalmar con solo tocarme.

-No tengo dinero pero si te apetece hacerlo gratis- intento racanear poniendo mi mejor sonrisa (no soy feo para que se sepa, realmente tengo un cuerpo de envidia, lo malo es que no suelo gustar por mi carácter). Parece que no cuela pues en un segundo su expresión varia a una seria y tras mirar a un rincón llama a alguien, que cuando se acerca me doy cuenta que es un segurata.

-Échalo es otro de los que solo viene a mirar- le dice la morena al tío que parece un armario.

Tras intentar explicarme por todos los medios alegando que llueve y no tengo chaqueta ni paraguas, me echan casi a patadas del local. Ahora estoy peor que antes, estoy calado hasta los huesos y realmente hace frío.

Camino un par de pasos mas adelante y antes de girar la esquina oigo gritos y voces procedentes del local donde había entrado, miro hacia atrás.

-¡No me toques chupa pollas!- grita una muchacha no muy mayor parece tener menos de 20 años, esta es morena y algo bajita pero aunque es joven su vocabulario no lo es tanto –¡gilipollas, como me vuelvas a tocar te mato! ¿Qué crees que me interesa alguna de tus pavas de hay dentro? Ni en pintura ¡que no soy una lesbiana! Solo quería beber algo ¡Cabron!- la miro divertido, es una escena divertida, una canija como es ella enfrente de un armario que le saca dos cabezas, tras coger una mochila que habían tirado al suelo junto a ella y de hacerle un bonito corte de mangas al segurata me mira y… -¡¿Qué coño miras pringao?!- genial ahora la a tomado con migo.

-El espectáculo que montas enana- bien ya empiezo si es que este es mi problema, hablo sin pensar.

-¿Enana? Pero te has mirado en el espejo- realmente lleva razón tampoco soy un gigante, se me escapa una risilla –¿te ríes de mi?- parece que se enfada.

-Como no, te echan a patadas del local y luego mira la que montas para no reírse- contesto burlón.

-"Le dijo la sartén al cazo" he visto que a ti también te han echado a patadas así que no digas- parece interesante esta mocosa -¿Qué otro a quien han dejado tirado?- me pregunta.

-Eso parece- contesto y ella sonríe divertida con un toque burlón mientras alza una ceja.

-Pringao- dice únicamente mientras me hace un gesto con la cabeza para que le siga –conozco un local que no ponen pegas a la gente que entra, al menos allí entraras algo en calor- camina delante de mi, ahora puedo fijarme bien, es baja pero tiene un bonito cuerpo no parece que tenga mucho pecho pero su culo… uff que culo –deja de mirarme el culo- añade sin girar la cabeza, rio levemente por lo bajo al parecer me ha pillado.

No tardamos en llegar a un local donde el ambiente es algo acogedor aunque es extraño parece que cada uno va a su bola y no le preocupa quien se siente a su lado, ella se adentra y se sienta en una mesa del fondo, yo la sigo y me siento junto a ella.

-Me llamo Clar- se presenta tendiéndome la mano –¿y tu?-

-Andrés- contesto y tras eso pregunto extrañado -¿Qué tipo de nombre es Clar?- realmente es nombre extraño.

-Clar de Clara- contesta y pide al mesero dos cervezas.

-No llevo dinero- le informo.

-No te preocupes ya me lo devolverás, ¿bueno y que te ha pasado para que acabes en la calle de esa forma?- me pregunta.

-Di con alguien que no debía, solo eso- simple respuesta, eso de hacerme el interesante parece que no funciona.

-¿Con alguien que no debías? Claro, o sea que tu novia te ha dejado por otro ¿cierto?- ¡coño! ¿esta tía lee la mente o que? Parece que se ha dado cuenta de que ha dado en el clavo por que anda riendo –no leo la mente solo que esta zona de la ciudad se llena siempre de la misma gente, que costumbre tienen de dejar tirados a los pardillos en este barrio-

-¿Pardillo?- me ha llamado pardillo.

-Si pardillo, tu eres un pardillo al dejarte engañar- dice muy segura con una sonrisa arrogante.

-¿Y se puede saber que coño te ha pasado a ti?- pregunto esta enana me esta empezando a mosquear.

-¿A mi? Nada suelo venir por esta zona a buscar nuevas presas- uff eso creo que va dirigido a mi y no se por que no me agrada nada –y siempre hay algún pardillo que no sabe mojarla bien y que le dejan tirado.

-Es decir que soy un pardillo que no sabe mojarla bien según tu- definitivamente no me cae bien esta enana.

-Correcto- asiente mientras da un sorbo a la cerveza que acaban de traer, sin prestarme mucha atención.

-¿Y que te dice que no se mojarla bien?- pregunto ya cabreado se esta metiendo con mi hombría y ya es la segunda persona que me lo dice en un día.

-Digamos que tu cara de "me hace falta un buen polvo desde hace tiempo"- ok hay me ha pillado –jejeje a que tu ex era vieja, o demasiado joven, seguro que tenia el culo bien abierto ya, y no por ti, y esta claro que aunque era una fea lame pollas se creía que era la mas hermosa del mundo- no contesto pero ella sonríe, bebo un poco de cerveza con el ceño fruncido y tras un poco de tiempo añado.

-Si tanto crees que no se mojarla por que no pruebas- uff que indirecta mas directa, realmente tengo ganas de echar un buen polvo y si encima le callo la boca ya perfecto.

No dice nada, solo sonríe, eso no me gusta.

-Si es cierto demuestra que realmente lo sabes usar- ¿eso ha sido una aprobación? Me quedo estático ella me mira y tras un segundo añade –no si ya sabia yo que mucho de hablar pero nada de nada- se bebe de un sorbo el resto de cerveza que había en el vaso y se levanta dejando el dinero en la mesa.

No tardo en levantarme y seguirla eso me ha trastocado y excitado a la vez para ser tan enana parece saber mas que yo de la vida y sobre todo del sexo. Camino a su lado sin decir nada ella no me mira pero tampoco se aparta, llegamos hasta una licorería y antes de entrar me dice.

-Quédate aquí fuera un segundo- pasa y no veo lo que hace pero tras unos instantes sale del local corriendo me agarra de la mano y tira de mi, me sorprende esa acción pero tras oír gritos tras de mi me doy cuenta de lo que ocurre.

-¿Qué has mangado?- pregunto ya algo mas calmado de la carrera, ella me mira y me enseña una botella de vodka.

-Ese gilipollas es un mamonazo y siempre esta jodiendome así que le robo siempre que puedo- andamos un poco pero una voz os detiene.

-Son ellos, ellos me han robado- miramos para atrás y vemos al tendero de la licorería y dos policías. Corremos hasta llegar a un edificio abandonado nos adentramos en el rápidamente y nos vamos a una de las viviendas tras comprobar que esta todo bien ella suspira.

-Bueno bienvenido a mi morada, podrás pasar la noche bajo techo- me dice y tras eso me deja en la entrada como tonto.

-¿Vives aquí?- pregunto incrédulo.

-Si, es mejor esto a estar en la calle, en la mochila esta la botella de vodka bebe entraras en calor, ya que aquí no hay calefacción- se oye desde la otra habitación. No dudo en hacer caso a mi "anfitriona" hace frío en este lugar y mis ropas mojadas tampoco ayudan.

Bebí varios tragos mientras que Clar no estaba e la estancia, el alcohol me estaba empezando a afectar y comenzaba ver algo borroso, fue entonces cuando ella apareció delante mía, llevaba otra ropa distinta ya que la de antes estaba mojada, se acercó a mi.

-¿Te encuentras bien?- me miraba atenta mientras que yo ya no controlaba mis actos –joder tío te he dicho que bebas un poco no que te pongas pedo- gruño jejeje se ve linda cuando esta enfadada, la veo alzarse y como se va hacia lo que creo que es el baño, realmente me encanta su culo redondito, perfecto…, cuando regresa le sonrío y a cambio recibo un vaso de agua fría en mi cara.

-Sabes eres una enana muy cabrona- esa agua estaba helada.

-Y tu un gigante borracho- no puedo evitarlo la tengo muy cerca y esa camiseta que se a puesto deja ver parte de sus pequeños pechitos, no me puedo controlar así que la beso la cojo por el rostro y le meto mi lengua hasta el fondo, recorro su boca con mi lengua por todos lados y tras unos momentos me separo de ella para coger un poco de aire, su rostro no parece muy complacido la verdad

-¿No decías que te demostrase que tan bueno soy?- ya esta eso de beber alcohol me quita la poca vergüenza que aun quedaba en mi.

-Estas borracho- me dice seria, se que estoy borracho pero tampoco estoy tanto como para no saber lo que digo.

-Me da igual que este borracho, tú misma has dicho que me hace falta un buen polvo así que dos pájaros de un tiro te demuestro que tan bueno soy y encima tengo mi polvo- sonrío.

Ella me mira no se si esta dudando o esta pensando como matarme pero me da igual aun la tengo cerca así que no le dejo que conteste la vuelvo a besar, a la vez que provoco que se caiga hacia atrás, me sitúo frente a ella y comienzo a repartir pequeños besos por su boca esperando una pequeña aprobación, es divertido verla esta entre enfadada y divertida, realmente quiere tanto como yo hacerlo, y por fin oigo un pequeño susurro que me dice.

-Me arrepentiré después- y tras eso sonrío y la veo sonreír, uno mi boca ahora con total libertad adentrándome en ella, ahora tengo libre acceso a ella y además comienza a corresponderme, mis manos descienden hacia uno de sus pechos el cual comienzo a masajear por debajo de la camiseta mientras que evito caerme encima de ella con la otra, mi boca desciende hasta su cuello repartiendo besos por todos lados, esta deliciosa, su aroma es adictivo, noto como sus manos se adentran bajo mi camiseta que sigue mojada, y recorren todo mi cuerpo, desciendo mi mano y la dirijo hacia su pantalón, la cuelo con facilidad pues su cintura es elástica, masajeo la zona por encima de la ropa interior, y oigo como de vez en cuando suspiros se escapan de su boca al lado de mi oído, intento meter la mano en la ropa interior pero su mano me detiene.

-Alto vaquero que no eres el único que esta en el ruedo- me dice con una sonrisa, antes de besar mi boca y voltearme quedando ella encima de mi me saca la camiseta entre besos y caricias, y desciende por todo mi pecho y abdomen dejando un rastro de saliva y besos, llega hasta mi pantalón y hay se encuentra con un obstáculo, me mira lujuriosa mientras me comienza a desabrochar el pantalón, lo hace despacio, y comienzo a impacientarme, hago un intento de ayudarla con su cometido pero me frena, se acerca un me muerde el labio mientras me susurra.

-Ya que he aceptado déjame hacerlo a mi manera- mierda su voz, no se si es por que en verdad es mas sexy o por mi borrachera pero es mas sensual que antes.

Vuelve a su cometido una vez que logra desabrochar mi pantalón introduce su mano masajeándolo por encima del boxer mientras lame mi oreja, mierda sabe tocar donde mas me pone, como siga así no va a lograr que me empalme sino que va ha lograr que me corra, suspiros salen ahora de mi boca, me impaciento demasiado por lo que se que va a venir a continuación y buscando su boca la beso lujurioso ya no me corto en nada la tengo encima mío con una mano en mi pantalón con su boca en mi posesión y encima estoy empalmado hasta las trancas esto debe seguir no puede quedarse parado.

-Hazlo de una puta vez- le digo en un instante que separo nuestras lenguas de ese afán por reconocernos mutuamente, ella sonríe.

-Que impaciente- se burla mientras accede a mi petición y se coloca frente a mi falo el cual saca de esa prisión de tela que ya se le ha quedado pequeña, me incorporo un poco y logro ver como lo acaricia mientras que lo lame en toda su longitud juega con el y yo no puedo aguantar mas y ella lo sabe se esta burlando de mi pero en la condición en la que me encuentro no puedo hacer nada estoy bajo su poder ella se ríe de mi cara de desesperación y placer, me muerdo el labio para evitar que de mi boca salgan gemidos de placer, ella se divierte y decide no torturarme mas o eso el lo que creo cuando acerca su boca a mi glande y lo besa antes de introducírselo en su boca, buff, esto me va a matar y pensar que aun no empieza lo bueno.

Lo lame dando vueltas con su lengua a su alrededor sin sacárselo de la boca, se lo debe estar pasando en grande al verme penar, quiero que se la meta entera y ella lo sabe, me mira y tras sacárselo de la boca y dirigirme una sonrisa divertida se lo traga entero, esto es la gloria, ya no logro evitar que un gemido se escape de mi boca, el ritmo es lento pero ella sube y baja deteniéndose en los puntos que mas placer me dan, cada vez acelera mas el ritmo mientras que con sus manos masajea mis huevos, estoy en el cielo y aun no me enterado.

Ya siento como me voy a correr intento decírselo pero con una mirada lujuriosa me calla, en pocos segundos noto como me derramo, ella no aparta su boca y recoge todo mi ser, tras eso se lo traga gustosa y se relame, luego se acerca a mi falo y lame los restos que quedaban en el.

Se acerca a mi y me besa distingo mi propio sabor en su boca.

-Ves como impacientarse no sirve de nada- me susurra divertida, una sonrisa asoma en mi cara antes de devorar su boca, le quito poco a poco su ropa siguiendo al pie de la letra su consejo, será ella la que ahora sufra la espera, mientras reparto besos y caricias por todo su cuerpo me empleo a fondo con uno de sus pechos mientras que de el otro se encarga mi mano, muerdo y relamo toda su extensión, bajo mientras mi otra mano y acaricio su coño sin adentrar aun mis dedos, ella me besa el cuello, y se le oyen suspiros de vez en cuando, cuando noto que ya esta algo mojada introduzco el primer dedo, y una sonrisa aparece en mi cara al escuchar un pequeño gemido salir de su boca, lo muevo haciendo círculos lo meto y lo saco, y cuando veo que es el momento meto el segundo, que sigue en los movimientos de su predecesor no tardo mucho en notar como ella se agarra a mi cuello y comienza a mover levemente su caderas en un vaivén al compás. El tercero no tarda en entrar y los movimientos se acentúan cada vez mas, mientras que le empiezo a comer la boca, dando mordiscos en los labios y acallando gemidos.

Es ahora cuando la desesperación la comienza a inundar tras un rato y me susurra embriagada:

-Es bueno ser paciente pero es malo serlo tanto- eso me saca una sonrisa, los efectos del alcohol ya se me han ido pasando poco a poco, saco mis dedos de su húmedo coño y los lamo con lujuria, una vez limpio desciendo mi mano y la agarro por las nalgas, la levanto sobre mi ya de nuevo erecto falo y la dejo caer lentamente, para evitar dañarle en lo mas mínimo.

Una vez que estoy totalmente dentro suyo, comienzo un vaivén pausado de arriba a bajo, no podré aguantarlo mucho pero quiero hacerla suplicar, subo y bajo, le entro entera toda mi longitud y la vuelvo a sacar para repetir la rutina, ella se mueve al compás, mientras, gemidos se acallan en mis labios, acelero un poco y los gemidos aumentan de intensidad, tras un rato la recuesto sobre el suelo y acelero aun mas, sus piernas se enredan alrededor de mi cadera ella empuja con ellas para llegar mas hondo y yo no se lo niego, el simple vaivén que era al principio se convierte en embestidas, duras, rápidas y profundas, ambos gemimos sin control , si hubiera vecinos, seguro que ya darían golpes en las paredes al oírnos.

Siento como estoy a punto de correrme y ella también se convulsiona ligeramente, acelero todo lo que puedo las embestidas, hasta que llego al clímax junto a ella, su espalda se curva y echa la cabeza hacia atrás mientras que me abraza, yo la agarro por la cintura y hundo mi cabeza en su cuello, me vierto dentro de ella, no salgo, me quedo en su interior por algunos momento mientras recorro el aliento, la beso y ella a mi, le acaricio el rostro, y tras unos momentos me recuesto a su lado, la miro y esta cansada, sonrío, realmente, es distinto hacerlo con ella que con mi ex, seguro que con ella no me aburriría nunca ni se me acabarían las ideas, la vuelvo a besar y juntando su frente con la mía le susurro.

-¿Te arrepientes?- pregunto divertido, ella no contesta en vez de eso me besa, no…, me morrea de una manera que jamás antes lo había hecho nadie y tras eso añade.

-¿Te responde eso a tu pregunta?-

-Si- contesto simplemente no se por que pero esta chica es diferente, su forma de comportarse, su falta de vergonzoneria, su picardía, su…, todo ella es distinta y eso me encanta.

-En realidad no te traje aquí para esto- susurra con los ojos cerrados mientras se acurruca junto a mi –solo pretendía que no te quedaras tirado en la calle- añadió –pero esto es mucho mejor- una sonrisa dedicada a mi hace que la abrace fuerte besándole la frente.

-Me alegro que te aya gustado-

Poco a poco se cierran mis ojos mientras que nos vamos quedando dormidos sobre una alfombra que ni me había dado cuenta de que estaba.

A la mañana siguiente despierto arropado con una manta pero sin nadie a mi lado, mi ropa ya esta seca, me visto y miro por la casa, pero no hay nadie, estoy por salir de la casa cuando encuentro una nota.

"La pase bien anoche, espero que tu también pero lo siento no me veras mas, hay tiene un bonobús solo le queda un viaje pero será suficiente para llevarte de regreso a tu pueblo, un placer espero no verte mas, no regreses a esta casa pues no tengo vivienda propia y hay muchos lugares abandonados donde puedo estar, cuídate y búscate a alguien mejor que una zorra"

Me sorprendió la nota, volví a mirar por la casa, miren en todo el edificio y en efecto no había nadie, así que hice caso y cogí el bus de regreso a casa.

Paso el tiempo y no me olvidaba de ella, ya había pasado dos semanas y aun seguían en mi cabeza tanto sus besos como sus caricias, y se me ocurrió volver al lugar ahora con dinero y abrigo.

Aparque mi coche cerca del lugar y empecé a recorrer los lugares por donde habíamos pasado esa noche, pregunto el la licorería, y lo único que me dijo es que si la viera llamase a la policía, pase por el edificio y seguía sin haber nadie, pregunte en el puticlub y tampoco mi ultimo sitio era el bar en que me había invitado a tomar una cerveza, entre y no la vi, pregunte al mesero y lo único que me contesto fue:

-¿Clar la muchacha que vino con usted la otra vez? Si la conozco pero aun no vendrá, es raro en ella pero desde que vino con usted no ha regresado con nadie mas como solía hacer, lleva dos días sin venir, pero creo que la encontrara en los suburbios de la zona sur, suele ir por allí a visitar las tubas de sus padres- le agradecí la información y me dirigí a buscarla al llegar la vi tapada con un abrigo negro y con la capucha puesta, esta sentada hablando con las tumbas.

-Sabes madre, en la casa que estoy ahora hace mas frío que en otro edificio pero no se esta mal, se que debería volver pero no quiero que me encuentren- se acurrucaba cada vez mas –siempre pasa igual todos me dicen gracias pero hasta nunca y no quiero que me vuelva a pasar, llevo bastante tiempo sola así que no me importa estar un poco mas con tal de no sufrir de nuevo- añadió, o sea que es por eso que se fue, esta enana es demasiado tonta, sonreí mientras me sentaba tras ella y la abrazaba realmente estaba helada.

-Sabes eres demasiado tonta al pensar que yo soy como el resto- le susurre mientras le besaba la mejilla, ella no dijo nada se quedo quieta, mientras que una lágrima caía por su rostro, levante mi mano con delicadeza y la hice desaparecer.

-Todo el mundo me deja de lado, pensé que serias igual- susurro cabizbaja escondiendo su rostro.

-Yo soy distinto a los demás, es por eso que no ligo- intente burlar, y pareció funcionar –aun te debo una cerveza- le añadí sacándole una sonrisa –vamos que estas helada- me puse en pie y la ayude a levantarse, para luego darle un tierno beso y abrazarla dispuesto a ayudarla y no dejarla.