“... Notaba sus manos sobre mi cuerpo, sus caricias recorrían toda mi piel sin dejar espacio alguno sin explorar, ¿como habíamos llegado a esto? ¿culpa miá? ¿o quizás suya? Eso no importaba lo único que me importa ahora es no cesar en aque jugo incesante. Dio un paso hacia atrás pero me vi incapaz de ello, mi espalda topo contra la pared, y me sentía aprisionada entre su cuerpo y aquel muro que me impedía escapar a cualquier lugar. No hice mas que un mohin antes de poder lamer incesante sus labios dirigiendo mi boca hacia su cuello, a la par que mis manos descendiendo se colaban en su pantalón...”

viernes, 19 de noviembre de 2010

Perseguida en la oscuridad


Todo estaba oscuro yo corría, no podía parar me iban persiguiendo, no veía nada corría sin dirección, todo era negro. Oía cada vez mas cerca los pasos de mis perseguidores, así que apremie el paso, el aire me faltaba me estaba fatigando llevaba largo rato corriendo sin parar, debía descansar pero mis perseguidores no descansarían, corrí un poco mas pero algo se abalanzo sobre mi y me hizo caer, grite por el golpe y el susto cuando intente deshacerme de ese algo no pude, estaba sujetándome de las manos sobre mi cabeza, lo tenia en mi espalda, mi cabeza estaba presionada contra el suelo.


Fue entonces cuando me di cuenta de que me habían dado alcance, pero lo extraño es que se trataba de solo una persona a pesar de haber escuchado múltiples pasos tras de mi.

No le veía el rostro pero parecía fuerte, por lo que pude notar no era gordo pero su peso delataba que era alto o al menos musculoso. Me removía intentaba soltarme, no podía, gritaba pero nadie lo oía, esta todo negro ni una luz ni siquiera atinaba ha ver mis manos, grite de nuevo y volví a gritar pero una voz me mi oído me hizo callar.

-Grita todo lo que quieras, pero estamos solos aquí no hay nadie mas que tu y yo- dijo con tono burlón mi capturador.

-¡Suéltame!- grite pero como si no me hubiera oído.

Entonces comenzó a lamer mi cuello, yo me removía no pensaba dejar que hiciera con migo lo que quisiera, pero no lograba que aflojase su agarre ni un poco. Continuo lamiendo mi cuello mientras repartía voraces besos por todo el, agarro mis manos con solo una para así facilitarse el tener la otra libre, intente soltarme de nuevo pues pensé que ahora lo lograría, craso error, nada seguía igual.

Su mano libre agarro el cuello de mi camiseta que era ancho y lo bajo por un hombro así permitiéndose tener más carne que degustar. Me quejaba sin parar me removía intentaba patalear y aun así como si mi fuerza no significara nada.

-Por mucho que te muevas, esta noche serás mía, haz lo que quieras, puedes disfrutar y dejarte hacer o puedes pasarla mal, en ambos casos te pienso domar- me volvió ha hablar.

-¡Ni en tus mejores sueños!- le espete, se que no es algo muy normal estando en tan clara desventaja pero mi carácter es así -¡no lograras domarme por mucho que me fuerces desgraciado!- grite de nuevo, el tan solo rió y entonces note como bajaba si mano y agarraba la cintura de mi pantalón, de un solo tirón lo bajo dejándomelo por las rodillas, entonces comenzó a tocar mi culo, descendiendo hacia mi coño por encima de mi ropa interior, yo le insultaba intentaba alcanzar sus cabeza que la tenia en mi cuello, aun que fuese para morderlo y así lograr soltarme pero nada, sus dedos recorrían lascivamente todo mi coño, una y otra vez.

-¡Hijo de puta!- grite –pienso matarte en cuanto me sueltes- amenace.

-¿Quién ha dicho que te valla a soltar?- contesto, esto me dejo algo preocupada pero no cese en mis insultos.

Fue entonces cuando bajo mis bragas dejándolas junto al pantalón, me removí más que nunca, pero fue inevitable un fuerte estocada y sentí como toda su longitud se introducía dentro de mi. Un gran grito de placer disimulado por el dolor de la poca delicadeza salio de mi boca.

Comenzó un vaivén sin control, notaba sus estocadas, fuertes y duras, intentaba contenerme, ya que a pesar de mi rabia ese cabrón me estaba dando uno de los mayores placeres que me habían dado nunca, su herramienta debería ser enorme pues la sentía toda, intentaba no gemir mordiéndome el labio mientras que el masajeaba uno de mis pechos con su mano al compás de sus movimientos, su cabeza aun no se había alejado de mi cuello y lo recorría numerosas veces, bajaba hasta la espalda y volvía ha subir lamiendo hasta mi oreja.

Un gemido se escapo de mi boca y me maldije mil veces por no poderlo evitar, oí como el reía, lo había oído, y eso parecía haberle excitado mas pues apremio mas el ritmo, me agarro de la cintura y sacando una única vez su miembro de dentro mío me giro poniéndome boca arriba, se deshizo de mis pantalones y mis bragas que aun estaban en mis piernas y me obligo a abrirlas, hice toda la fuerza que pude para evitarlo, pero presiono su cuerpo sobre el mío para lograr abrirlas, y de nuevo entro en mi, había sido igual de rudo que la primera vez, pero en esta ocasión apenas había sentido dolor alguno, siguió moviéndose mientras me sujetaba una de mis piernas sobre su cintura.

Al variar la posición, los gemidos salían mas seguidos de mi boca, ahora lo sentía aun mas y a pesar de mi fuerza de voluntad parecía saber donde golpear para sacármelos, me besaba el rostro y descendió hasta mi boca, yo la mantenía cerrada pero él insistía, intentaba introducir su lengua dentro, no se lo permitiría, mi cabezonería pareció molestarle, pues una fuerte estocada me hizo sentir sus huevos golpear contra mi coño y provoco que gimiera, momento que aprovechó para introducir su lengua.

Su boca se movía lujuriosa, su lengua recorría mi cavidad entera, le mordí el labio en una ocasión para hacer que se alejara pero tan solo se rió y volvió a su trabajo.

Poco tiempo después un primer orgasmo me invadió, intente reprimirlo peor me era imposible, el se vino a la vez en mi interior a pesar de que le pidiera que no lo hiciera, el solo reía. Tras este primer orgasmo se quedo dentro de mi mientras recuperaba un poco el aliento momento que yo también aproveché para recuperarlo, me volvió a besar a pesar de mis quejas, y me susurro.

-No se que tan divertido es negarse el placer, después de todo lo has disfrutado tanto o mas que yo- dijo burlón.

-¡Jamás!- fue mi única contestación mi tozudez era enorme.

-O me estas diciendo que no le disfrutaste, después de haber oído esos múltiples gemidos que a pesar de que intentaras retenerlos salieron- ¡se estaba burlando de mi!

-¡Cállate!- grite, el volvió a reír y me volvió a besar, entonces comenzó a acariciar todo mi cuerpo parecía que ahora no tuviera prisa ninguna, había cambiado ahora era mas delicado, se estaba tomando la labor con calma, sus besos ahora no eran tan lujuriosos como antes, eso me extraño pero mas me extraño que yo relajase mis brazos y comenzara a corresponderle sus besos, pareció agradarle pues, sonrió sobre mi boca y continuo con su labor, me soltó el agarre de las muñecas, mientras descendía su boca por mi cuello en dirección a mi estomago, ahora no era dueña de mis actos, mis brazos se movían solos, acariciando, su cabeza, por lo que note, tenia el cabello algo corto, descendí mis caricias hacia su cuello y sus hombros, y como antes había imaginado eran fuertes, sus besos descendían lentamente, hasta alcanzar mi ombligo, donde se entretuvo para luego volver a subir apoderándose de nuevo de mi boca, ahora ambos mas calmados pude notar como en su lengua llevaba un piercing, cosa de la cual antes no me había fijado, mis manos lo acariciaban y pude notar que también llevaba tres pendientes en su oreja izquierda parecían aros, pero no me entretuve en ellos, dirigí mis caricias, hacia sus mejillas, hay pude distinguir que no tenia barba pero su una pequeña perilla, mis piernas se enredaron solas sobre su cintura, mientras el comenzaba un nuevo vaivén lento, yo hacia fuerza con ellas para que llegase lo mas hondo que pudiera, sus manos me acariciaban el abdomen y las piernas, su boca buscaba todos los recovecos antes inexplorados a los que alcanzaba, mis gemidos sonaron ahora libres, sin verse censurados por mi cabezonería, también se oía numerosos gemidos salir de su boca cerca de mi oído mientras susurraba mi nombre, cosa que me sorprendió pues yo no veía nada, no sabia quien o como era pero el sabia mi nombre.

Me movía a compás de él, yo le alentaba con pequeñas palabras para que acelerara los movimientos, mientras que me agarraba a su espalda, sentía como un segundo orgasmo estaba por legar aun mas placentero y fuerte que el anterior, arquee mi espalda cuando llego, y de mi boca numerosos y fuertes gemidos salían sin descontrol, el se encorvo también mientras se apoderaba de mi boca acallando nuestros gemidos, se corrió dentro de mi por segunda vez pero ya no me importo, respiramos agotados, mientras me besaba, salio de mi interior y me coloco a mi lado y me susurro al oído mientras me acariciaba el rostro.

-Espero que lo hayas disfrutado tanto como yo-

-Claro- conteste cansada mientras evitaba no cerrar los ojos, en eso de nuevo me beso y cuando se separo divisé a ver su rostro, era moreno con ojos verdes, en efecto tenia por pendientes de la oreja y la perilla que había supuesto al acariciarlo, cuando me fije mejor, pude reconocerlo.

-¡¿Gabriel?!- dije sorprendida, era mi vecino Gabriel el del piso de al lado un muchacho dos años mayor que yo, el sonrió y añadió.

-Si quieres repetirlo ya sabes donde estoy- y tras eso se desvaneció, cerré los ojos al ver la luz tan fuerte que entraba por la ventana, estaba sola en mi cama, no había rastro de que hubiera habido nadie mas en mi habitación esa noche, me senté respirando presurosa, mientras me miraba que realmente estaba mojada.

Todo había sido un sueño, no podía creérmelo nunca me había fijado en mi vecino Gabriel y esa noche había tenido el mejor sexo de mi vida con él, claro que en mi cabeza, me duche y mas tranquila me salí al balcón a fumarme un cigarrillo tenia mono de nicotina, cuando mire hacia la derecha vi que Gabriel también estaba en la terraza fumando, coincidimos nuestras miradas y un sonrojo recorrió nuestros rostros y con un "hola" ambos nos metimos presurosos hacia el interior de nuestras viviendas, no se por que pero me daba la sensación, de que no había sido yo la única en tener ese sueño.

Una sonrisa asomo mi rostro mientras me disponía en ir a la comprar, de a partir de ahora creo que mi atención se dirigiría hacia el inconscientemente, de igual manera, para la próxima vez mejor que ocurriera con el real ¿no creéis?

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