“... Notaba sus manos sobre mi cuerpo, sus caricias recorrían toda mi piel sin dejar espacio alguno sin explorar, ¿como habíamos llegado a esto? ¿culpa miá? ¿o quizás suya? Eso no importaba lo único que me importa ahora es no cesar en aque jugo incesante. Dio un paso hacia atrás pero me vi incapaz de ello, mi espalda topo contra la pared, y me sentía aprisionada entre su cuerpo y aquel muro que me impedía escapar a cualquier lugar. No hice mas que un mohin antes de poder lamer incesante sus labios dirigiendo mi boca hacia su cuello, a la par que mis manos descendiendo se colaban en su pantalón...”

jueves, 13 de enero de 2011

Juguetes eroticos


Cada vez más sofisticados y glamurosos, los juguetes eróticos o sex toys se han democratizado mucho, sobre todo desde la aparición del Jack Rabbit, el conejo vibrador de Charlotte en Sexo en Nueva York A partir de entonces, miles de mujeres lo han comprado y hablan de sus accesorios de juegos sexuales sin tapujos.

Algunos juguetes sexuales vienen utilizándose desde hace miles de años, como es el caso de los consoladores, también conocidos como dildos. Otros juguetes sexuales fueron diseñados para fortalecer la musculatura pélvica y combatir la llamada "histeria femenina" durante la época victoriana de finales del siglo XIX.

Lo más común es emplearlos a solas para autocomplacerse, como una manera de aumentar el placer durante la masturbación. También se usan durante el acto sexual en pareja para acrecentar el placer sexual. Por ejemplo, la mujer puede utilizar un vibrador para estimularse el clítoris mientras el hombre la penetra vaginalmente.

La pareja también puede emplear juguetes sexuales como parte de sus fantasías sexuales o juegos sexuales; así se suele producir una mayor excitación por el morbo de ver que algo ayuda a la hora de realizar el acto sexual. Los espejos también se suelen usar como participante del juego. El ver reflejada la figura mientras se intenta alcanzar el clímax puede producir sensaciones excitantes.

Existe gran variedad de juguetes sexuales en el mercado, desde los que se utilizan superficialmente para estimular la cara, el cuello, los oídos y la piel en general, hasta objetos que sirven para ser introducidos en la vagina o el ano.

Algunas personas usan frutas con formas sugestivas que sirven para ser introducidas o frotadas en las diversas zonas erógenas del cuerpo.

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